Hoy lunes, junto a lo que pareciera para muchos el verdadero comienzo del año, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publica dos de los primeros indicadores que nos adelantan el estado de la economía en el primer mes de 2016: Sectores Económicos y Empleo. Las expectativas para ambos eran pobres, lo que adelanta un débil Imacec de enero –más allá de la alta base de comparación- y se suman a los decepcionantes datos parciales para comienzos de año, como el IPC y la balanza comercial.
Al observar el comercio internacional, se aprecia en enero una nueva caída tanto de las exportaciones -no sólo de cobre sino prácticamente de todas las categorías- como de las importaciones, en bienes de consumo, aunque no así de capital, lo que se traduce en que las exportaciones de bienes del año móvil terminado en enero sean las más bajas de los últimos 5 años.
En cuanto a la inflación, el IPC de enero aumentó un 0,5%, incluso superando las elevadas expectativas que ya consideraban la entrada en vigencia de la nueva tasa del Impuesto de Timbres y Estampillas. Más allá del evento particular, no parece haber una moderación tan clara de los indicadores de tendencia de la inflación como se esperaría en un contexto de escaso dinamismo de la actividad.
Si bien la mayoría de los analistas coinciden que el 2016 debería ir de menos a más en materia de crecimiento, y de más a menos en materia de inflación, un comienzo como este puede revelar que alcanzar un mediocre 2% de expansión del producto, en linea con 2014 y 2015, y volver al centro del rango meta del Banco Central en materia de inflación, sean tareas nada de fáciles.