Datos actualizados al mes de mayo de Corfo confirman que el número de empresas constituidas en Chile entre marzo de 2010 y el quinto mes de este año suman más de 200.000, guarismo que ha escalado con vigor en los últimos meses tras la entrada en vigencia en enero de la ley que permite crear empresas en el plazo de un día. De acuerdo con la repartición dependiente del Ministerio de Economía, este año se conformarán cerca de 100.000 nuevas empresas, cifra que viene a batir el récord de los 68.500 nuevos negocios que se crearon el año pasado.
De esta forma, queda en evidencia que la promoción de políticas que no sólo permitan, sino que también faciliten a las personas dar el paso de emprender, tiene resultados concretos evidentes con un relevante impacto en la economía. Que haya más empresas intentando hacerse un espacio productivo sin duda incide favorablemente en las cifras de empleo y en los niveles de competencia, a lo que habría que añadir que el desarrollo de una actividad propia tiene una connotación especial para la persona, ya que le permite percibir que los resultados en el tiempo dependen fundamentalmente de su iniciativa, dedicación y creatividad.
La conformación de una más vasta red de pequeñas y medianas empresas podría suponer a mediano y largo plazo una transformación económica de alcances insospechados y cuyas implicancias van más allá de lo exclusivamente económico. En efecto, la valoración de la iniciativa privada y el legítimo afán de crear riqueza tienen en el Chile de hoy implicancias sociales y políticas relevantes que deben ser adecuadamente aquilatadas.