Sin duda que esta semana Estados Unidos sorprendió a los analistas y al mercado luego del 0,1% de contracción que experimentó el PIB del cuarto trimestre de 2012, mientras las expectativas hablaban de un crecimiento de 1%.
Se trata de la primera caída en más de cuatro años y en dicho comportamiento influyeron principalmente la reducción del gasto militar y los transtornos que provocó el huracán Sandy. En contraste, el consumo anotó una expansión de 2,2% anual, superando lo registrado en los dos trimestres anteriores.
Tras todo esto y antes de las dos revisiones que hará el gobierno, el cálculo inicial del PIB de 2012 arroja un 2,2%, lo que se ubica por sobre el 1,8% de 2011.
Lejos de tomar mal la cifra del cuarto trimestre, los analistas señalan que la economía no está débil y ponen el acento en que Estados Unidos no es la Eurozona, haciendo referencia a los graves problemas por los que han atravesado los países que la integran. Algunos incluso afirman que si se excluye el sector Defensa, el producto habría crecido 1,2% en la última parte del año pasado.
Como sea, lo importante es que se trata de la principal economía mundial y su desempeño es seguido con atención por el resto del mundo.