Estados Unidos ante un menor crecimiento
Acorde con el accionar de la Cámara de Representantes -y a horas del plazo fatal-, el Senado de Estados Unidos aprobó...
Acorde con el accionar de la Cámara de Representantes -y a horas del plazo fatal-, el Senado de Estados Unidos aprobó ayer el aumento del límite de la deuda de la mayor economía del mundo. Tras una tensa y difícil negociación, el punto central de lo convenido entre demócratas y republicanos es que ahora la administración Obama contará con un techo de al menos
US$ 2,1 billones superior, asumiendo un compromiso de recortes por unos
US$ 2,4 billones en el gasto fiscal.
¿Todo arreglado? Lamentablemente no, pareciera ser la respuesta, tal como lo demostraron las generalizadas y marcadas bajas que acusaron ayer las principales bolsas del mundo. La lectura es simple, aunque no por ello menos compleja: los agentes financieros entienden que las cifras involucradas evitan el default de la mayor economía del orbe, pero no necesariamente una caída en la clasificación de riesgo (AAA), lo que conllevaría una cierta alza en el costo de endeudamiento. Sólo baste recordar que Standard & Poor’s advirtió que EEUU debía recortar el gasto en unos US$ 4 billones.
Pero aunque los ánimos de los inversionistas se sobrepongan a un descenso en el rating, lo concreto es que el ajuste fiscal dará paso a un cuadro de enfriamiento de la actividad, cuya magnitud aún está por verse. Ya en el segundo semestre la expansión del PIB fue poco auspiciosa -1,3% contra el 2% previsto-, incluida una desaceleración en el ámbito de las manufacturas.
Todo lo anterior, por lo demás, en un contexto donde Europa tiene sus propios problemas fiscales y donde la duda apunta a si los mercados emergentes, en especial China, podrán tirar el carro del crecimiento mundial.