En fútbol se dice que goles son amores y lo demás buenas razones. Y si es por goles, el negocio del fútbol vive una sequía desde que se promulgó la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, en 2005.
Medido desde 2007, año a partir del cual ya se dispone de más cifras sobre el negocio, los clubes acumulan pérdidas por $ 30.600 millones a 2011. Lo que es peor, éste es un panorama generalizado, ya que más de 85% de los equipos mantiene un saldo en rojo.
Y la tendencia no da señales de mejorar. De hecho, todo lo contrario. Como un todo, el sistema de sociedades anónimas deportivas profesionales registró en 2007 un saldo negativo por $ 3.260 millones. El año pasado, el balance final arrojó un rojo de $ 5.252 millones.
El sistema claramente no ha rendido los resultados esperados. Si se tratara de un técnico de la Selección Nacional trabajando con miras al próximo Mundial, ya habría sido reemplazado.
Lamentablemente, en este caso no es tan fácil como cambiar al entrenador. Los jugadores de este sector, en conjunto con los reguladores, deberán esforzarse en pensar los cambios de estrategia que serán necesarios para salir de la tercera división.