Por primera vez en cinco años, los economistas están pensando ahora en elevar sus proyecciones para el crecimiento global en 2015. Y el factor dominante es la creciente fortaleza que está demostrando EEUU. El Departamento de Comercio sorprendió el martes al corregir el dato del PIB del tercer trimestre de 3,9% a 5,0%, el ritmo más acelerado en once años. La cifra, que se suma a la expansión de 4,6% del trimestre previo, apunta a un sólido desempeño para la totalidad del año, pero lo más importante es que deja a la mayor economía del planeta en un buen pie para consolidar la recuperación en 2015.
Junto con el repunte de EEUU, la caída en los precios del petróleo se suma a los factores que están inyectando dinamismo a nivel global.
Pero no todo es bueno. La caída del petróleo está golpeando a economías exportadoras de crudo, como Rusia, Venezuela y Brasil, que ya estaban debilitadas por problemas internos, pero también a otras bien gestionadas, como Colombia y Noruega. Esto, junto con la subida del dólar y el inicio de las alzas de tasas de la Reserva Federal, podrían ser una amenaza para las economías emergentes.