El Departamento de Comercio de Estados Unidos publicará este miércoles los primeros datos del PIB del segundo trimestre, y los aprontes no son nada de buenos.
Luego de que la autoridad corrigiera, a fines de junio, las cifras del primer trimestre desde el 2,5% estimado originalmente a un modesto 1,8%, las expectativas de que la recuperación se consolide han perdido fuerza.
De hecho, Morgan Stanley recortó hace unos días su pronóstico para el crecimiento a apenas 0,4%, y algunos economistas incluso están hablando de cifras negativas.
La debilidad del crecimiento tiene que ver, en parte, con las alzas de impuestos aplicadas por el gobierno. Aunque han frenado la recuperación, están ayudando a que el Fisco reconstruya sus cuentas mucho más rápido de lo esperado, lo que, a la larga, traerá de vuelta la confianza en un crecimiento más balanceado.
Pero un dato que no se les pasa por alto a los expertos es la debilidad del consumo, que representa dos tercios del PIB. Hasta que estos indicadores no se afirmen, la reactivación seguirá siendo vacilante. Y eso probablemente no ocurrirá hasta que los hogares se hayan recuperado de su resaca de deudas.