Déficit del Transantiago
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Nuevamente el gobierno busca allegar recursos para cubrir el déficit del Transantiago, en lo que parece ser una situación crónica e irreversible. El Ejecutivo presentó un proyecto de ley para inyectar US$ 1.350 millones para el período 2015-2022, monto que se duplica por el compromiso de entrega de igual monto a las regiones (fondo espejo). Este nuevo subsidio buscaría evitar el alza de $30 que recomendara el Panel de Expertos, entidad que tiene por mandato definir las tarifas que permitan cubrir el déficit del sistema.
El déficit del Transantiago responde al creciente costo operacional del sistema (asociado en parte a la deficiencia de infraestructura), la decisión de extender el uso del pase escolar a todo el año, la alta evasión, la caída sostenida en la demanda por servicios de transporte de buses y la falta de voluntad política para elevar las tarifas. Esta situación continuará agudizándose a menos que se logre una mejora sustancial en la eficiencia, una reducción de la evasión y un mayor impulso que eleve la demanda por transporte público. De no lograrse, las necesidades de financiamiento solo irán aumentando.
La solución definitiva, por tanto, no es seguir echando mano al erario público, sino analizar seriamente las mejoras que pudieran introducirse a fin de evitar que el transporte público requiera de aportes permanentes en el tiempo. No resulta razonable seguir subsidiando la tarifa con recursos que bien podrían ser destinados a usos más prioritarios, como la construcción de nuevas líneas de metro, viviendas sociales o mejoras a la calidad de la educación.