Un total cercano a los US$ 400 millones aplicados en poco más de una década y un stock de recursos disponibles para ser invertidos a futuro del orden de los US$ 200 millones, son las cifras que resumen el estado de situación de la industria del capital de riesgo de acuerdo con un informe elaborado por Corfo.
En su balance, la entidad gubernamental asegura que estos guarismos no hacen sino confirmar que este sector se está desarrollando con fuerza en el país, en especial en el curso del presente año. Lo anterior, apunta, se expresa en que mientras a junio de 2011 se había invertido en siete empresas, a la misma fecha de 2012 la inversión en capital de riesgo abarcaba al doble de unidades productivas, a lo que se suma que en los diez primeros meses de este año se ha apoyado a un 10% de los proyectos totales cubiertos por este concepto y se han aprobado para su ingreso al sistema de financiamiento un total de nueve fondos, una cifra histórica según Corfo.
No puede dejar de ser una buena noticia que este mecanismo de financiamiento adquiera densidad y volumen. Que esto esté ocurriendo habla de un ecosistema más amable con el emprendimiento y de un entorno económico que permite al inversionista proyectarse de manera más optimista en relación a la supervivencia de las empresas en que invierte.
En el estadio en que se encuentra Chile en su ruta al desarrollo es fundamental que la base empresarial alcance nuevos límites, en especial si dicha expansión cristaliza en un mayor número de pequeñas y medianas empresas. Si está asegurada una relación justa y transparente entre inversionista y emprendedor, este fenómeno sólo puede ser virtuoso.