La encuesta mensual de expectativas del Banco Central ha mostrado que la actividad nacional no sólo enfrenta un problema cíclico, sino una situación más estructural.
Es así como en marzo el crecimiento promedio estimado para el período 2014-2016 era de 4,1%, similar a la estimación de PIB tendencial, de 4,3%. Sin embargo, en noviembre la estimación cayó a 2,8%, en una tendencia decreciente que no se ha interrumpido. El crecimiento estimado para 2015 y 2016 es de 3% y 3,5%, respectivamente, ambos bastante por debajo de lo que sería el PIB de tendencia.
Por qué el país no recupera el PIB tendencial durante el período? Para esos dos años el FMI proyecta un crecimiento mundial de 3,8% y 4%, respectivamente, superior al promedio de 2012-2014, por lo que no sería un fenómeno externo la causa principal de este deterioro de expectativas. Finalmente lo que parece estar ocurriendo es que el crecimiento de tendencia no sería de 4,3%, sino bastante inferior.
Lo anterior no parece sorprendente si consideramos que el programa del gobierno busca avanzar hacia un Estado Benefactor, o Estado Social de Derechos, como se ha llamado localmente. Los países europeos que tienen esquemas similares han crecido en las últimas tres décadas a una tasa promedio de 2%. ¿Por qué entonces son mirados positivamente? Porque tienen un PIB per cápita de US$ 54.000 en promedio, el triple del nuestro. Por otra parte, los países desarrollados sin esquemas benefactores crecieron en ese período a una tasa de 4%. Es bastante claro entonces que el esquema que intentamos seguir no es el más efectivo para fomentar el crecimiento.