Mercado eléctrico: dos ideas sensatas

CARLOS FINAT

El buen funcionamiento del mercado eléctrico es crucial para el desarrollo económico y el bienestar de las personas. Además de garantizar energía eléctrica continua, de buena calidad y a precios razonables, cada vez es más importante que la generación provenga de fuentes limpias y renovables. Para lograr todo esto, se requieren varias condiciones, incluyendo un sistema eléctrico que promueva la competencia entre los generadores y facilite la oferta de energía limpia y económica a los clientes.

En los últimos años, las autoridades sectoriales han fallado en crear un sistema de transmisión que promueva la competencia y facilite el “mercado eléctrico común” como lo establece la ley. Esto ha llevado a que diferentes líneas de transmisión operen en sus límites técnicos, restringiendo la capacidad de las centrales generadoras, especialmente las de energía renovable, y generando grandes diferenciales en los costos marginales de las diferentes áreas del sistema eléctrico nacional. A la fecha, dichos diferenciales y la falta de regulación adecuada ya han provocado la salida del mercado de dos empresas generadoras de energía renovable no convencional (ERNC), lo cual evidencia la gravedad del problema.

“Las dos propuestas del Ministerio de Energía representan pasos concretos y materiales hacia una solución integral que requerirá años para alcanzarse”.

El Ministerio de Energía ha propuesto, entre otras, dos interesantes acciones para abordar la situación descrita. En primer lugar, plantea asignar los ingresos tarifarios excesivos directamente a las centrales que enfrentan la mayor diferencia negativa entre el precio al que venden su energía en el mercado spot y el precio al que retiran energía para abastecer a sus clientes. Actualmente, dichos ingresos tarifarios excesivos (“windfall profits”), cuya magnitud depende de las diferencias entre los costos marginales en los extremos de una línea de transmisión, se asignan a la demanda, que así recibe una compensación económica sin ninguna razón lógica.

En segundo lugar, el Ministerio propone activar inversiones en sistemas de almacenamiento de hasta 2.000 MW, que permitan aprovechar la energía limpia que no se puede inyectar al sistema en momentos de alta disponibilidad de generación renovable, e inyectarla, por ejemplo, durante la noche cuando la generación solar no está presente. Estos sistemas serían financiados mediante un mecanismo similar al de la transmisión (“estampillado”) y podrían obtener ingresos por la prestación de servicios complementarios o por arbitraje de energía, los cuales se descontarían del monto de cargo a la demanda, reduciendo así su costo para los consumidores.

Aunque estas propuestas no resuelven completamente los problemas derivados del atraso regulatorio heredado por la actual autoridad ministerial, sí representan pasos concretos y materiales hacia una solución integral que requerirá años para alcanzarse. Son propuestas que responden a necesidades actuales del mercado eléctrico y se requieren para corregir distorsiones que afectan seriamente a la generación eléctrica limpia y renovable y para mantener a Chile como un mercado atractivo para las inversiones en este sector.