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Columnistas

Yo lucro, tú lucras

Lamento los aparentes turbios manejos de algunas instituciones universitarias...

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 25 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.

Lamento los aparentes turbios manejos de algunas instituciones universitarias y espero, por el bien de ellas mismas y del sistema de educación superior, que se esclarezcan sus manejos financieros.



Ahora bien, esto de las universidades privadas era de conocimiento público. No se entiende, por lo mismo, cómo ahora, a más de 20 años de su instauración, se rasgan vestiduras y se ponga el grito en el cielo, siendo que era sabido que se utilizaban sociedades espejo y cuanta fórmula existe para sacar dividendos de ellas.

Pero el conocimiento de estos hábitos no es óbice para manifestar reparos a un sistema que está lejos de ser ejemplar. Y justamente ahí radica el problema. Quienes se dedican a la educación deben mostrar conductas ejemplares en su administración: Su primera enseñanza es la misma institución; la forma de gestionarla y conducirla, sobre todo cuando se trata de dineros ajenos. Eso valdrá mucho más que cientos de clases.

Culpemos a una ley mal hecha, fácil de torcer y que permite subterfugios que llevan a servirse de las instituciones con fines para las que no fueron pensadas. Si no hay una defensa abrumadora, cristalina, granítica de su acción, es que estamos mal.

Pero cuidado con las críticas al boleo. Finalmente pagarán justos por pecadores. Un gran porcentaje de las instituciones privadas han observado bien el sentido de la ley. Al parecer, otras no. Será materia del ministerio público dilucidarlo. Se trata de hacer cumplir la ley y no de transformar su mejoramiento en una caza de brujas que finalmente llevará a que, quienes han abusado de la buena fe de la ley, pasen por injustamente perseguidos.

La premura de ofrecer en su minuto centros de estudio superiores a cómo de lugar, dejó pasar abusos o a que se torciera el sentido original del proyecto. Pero tampoco se puede demonizar la iniciativa privada, que en este campo ha traído mucho bien. Es justo que se retribuya bien a quien presta un servicio honesto y dignificante, tanto más en la educación. Por lo mismo habrá que velar porque ella no se transforme en una vaca de ordeña para lo que no fue pensada.

El discurso sobre “acabar con el lucro” comenzó bien, pero a estas alturas es un refrito espinoso e ideologizado que, si somos consecuentes, terminará persiguiendo al estudiante que ofrece clases particulares para preparar la PSU. Así es que a poner paños fríos a esto, ordenar el discurso y concentrarse en ofrecer una mejor educación. Y que se corrijan los errores de una ley de universidades que, por lo visto, deja mucho que desear.

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