Venture client: oportunidad para grandes y pequeños
GINA OCQUETEAU Emprendedora
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GINA OCQUETEAU
Buscando nuevas formas de colaboración entre distintos actores de la sociedad en un año que se augura desafiante en varios ámbitos, especialmente el económico, cada vez hace más sentido que podamos desarrollar en Chile un concepto que ya es tendencia en varias partes del mundo y está generando resultados muy positivos.
Me refiero específicamente al “venture client” (o cliente de riesgo), un modelo de innovación que se produce cuando una gran empresa contrata como proveedor de determinado producto o servicio a un emprendimiento o startup. La alianza tiene varios beneficios para ambos, siendo los principales apoyar con ingresos y experiencia a una startup que se encuentra en etapa temprana de crecimiento, y para las grandes organizaciones, resulta una manera rápida y eficaz de incorporar innovación dentro de su línea de negocios.
“Sobre todo en tiempos de crisis, el ‘venture client’ permite implementar un laboratorio de innovación corporativa en un mundo que avanza hacia la colaboración, la digitalización y la sostenibilidad”.
Mundialmente, compañías de renombre como Bosch, Siemens y Holcim están tomando el liderazgo en esta materia y cuentan con equipos y recursos dedicados a identificar, involucrar e incorporar a nuevas startups con soluciones disruptivas que, en la mayoría de los casos, coexisten con otras actividades de emprendimiento corporativo.
En Chile aún se trata de un modelo incipiente, pero si logramos impulsarlo puede entregarnos un enorme potencial. Imaginemos, por ejemplo, el cambio de paradigma que significa para una empresa tradicional resolver problemas con respuestas ágiles y distintas a lo que se ha aplicado previamente. Ni siquiera es necesario realizar una inversión millonaria o absorber a la startup, se trata más bien de establecer una relación contractual donde ambas partes acuerdan la entrega de un servicio y una fórmula win-win donde todos obtienen ventajas.
Experiencias de este tipo son las que están viviendo casos locales como Transelec, con la búsqueda en el mercado de startups de soluciones de transmisión eléctrica sustentable, inteligencia de datos y disminución de las emisiones de ruido. SQM también ha avanzado en esta senda mediante un scouting global para encontrar soluciones tecnológicas innovadoras en los procesos de producción de nitrato y yodo. Pero la oportunidad no se limita sólo a las industrias de materias primas, ya que gracias al creciente y variado ecosistema de startups que existe hoy en el país, es posible generar alianzas en áreas como Fintech, medioambiente, retail, salud, biotecnología, alimentación, tecnología, educación, etc.
Al final del día, lo que más valoran las compañías es que gracias a la colaboración, obtienen mucho más que el producto en sí, también adquieren un potencial de conocimiento, velocidad y tecnología que por sí mismas no son capaces de generar. Las startups, por su parte, consiguen clientes reales con quienes probar sus prototipos, para así acumular más experiencia y afinar su propuesta antes de preparar una salida masiva al mercado.
“Nada cambia si nada cambia”, reza el dicho popular. Y con especial énfasis en tiempos de crisis, el “venture client” es una muy buena opción para implementar un laboratorio de innovación corporativa en un mundo que avanza hacia la colaboración, la digitalización y la sostenibilidad.