Columnistas

Turing y Rousseau: centenarios con ideas vigentes

Con pocos días de diferencias, los centenarios de Rousseau y Turing nos han llevado a pensar como las ideas de unos visionarios...

  • T+
  • T-

Compartir

Con pocos días de diferencias, los centenarios de Rousseau y Turing nos han llevado a pensar como las ideas de unos visionarios del pasado son hoy urgentes y necesarias, para dar algún orden al mundo del siglo XXI.

Por una parte, en toda Europa, especialmente en Ginebra su ciudad natal, se han recordado el 28 de junio los 300 años del nacimiento de Jean-Jacques Rousseau. Libros, conferencias y diversos artículos han rescatado en semanas recientes las ideas del autor de “El Contrato Social”, proyectándolas a una Europa que busca su destino en tiempos de incertidumbre.

A su vez, el 23 de junio, se conmemoraron los 100 años del nacimiento de Alan Turing, ese brillante matemático inglés, de trágico final, considerado uno de los padres de la computación moderna. Demostró su genialidad al descubrir el código de Enigma, la máquina de criptografía de los nazis durante la 2ª Guerra Mundial y frente a las primeras máquinas de información se preguntó hasta donde éstas serían capaces de pensar. En su artículo “La maquinaria de la computación y la inteligencia” planteó el llamado Test de Turing.

La cercanía de ambas fechas invita a observar como sus pensamientos se entrelazan en el mundo de hoy, cuando es evidente que el modelo económico y social puesto en marcha en 1980 declina, sin que sea nítida la formulación para reemplazarlo. Pero si hay un hecho claro: esta globalización actual, digital y de información inmediata, requiere de un contrato social donde la expresión ciudadana no se sienta marginada; como también el contrato social del siglo XXI sólo es real con hombres y mujeres comunicados y poderosos en las redes digitales.

Por cierto, cabe recordar que Rousseau escribió antes de la Revolución Francesa, donde su pensamiento será determinante, como lo sería en los movimientos de independencia latinoamericanos. ¿Qué dijo Rousseau, en esencia? El soberano no es el monarca absoluto, es el pueblo. A este término no le otorga características que designan a una sola clase o nación, sino la representación de una comunidad abierta a vivir en un Estado y bajo las mismas leyes, las cuales son la expresión de la voluntad general. El pueblo, como soberano, debe llevar a cabo una deliberación pública, que ponga a todos los ciudadanos asociados en un plano de igualdad, en la cual el cuerpo no puede decidir nada que atente contra los intereses legítimos de cada uno. Las leyes en la república de Rousseau están desarrolladas conforme al orden social, establecido por la naturaleza del pacto social.

Lo dijo en 1762, pero eso resuena hoy. Al final, la gente que salió a las calles en Túnez, Egipto y otros países lo hizo buscando lo que Rousseau dijo en su momento para la Europa que vivió. Por eso, el nuevo Presidente de Túnez, Moncef Marzuki, al visitar Ginebra en días pasados relacionó lo vivido en su país con las frases del pensador ginebrino colocadas en diversas partes de la ciudad. Pero también esa gente salió a las calles, y lo sigue haciendo, coordinándose y pensando en común porque hoy tiene el poder de sus celulares, los videos y el Internet que inspiró la visión de Turing.

Por todas partes se siente la urgencia de pensar en un nuevo pacto social, aquel donde la economía real tenga prioridad por sobre la economía financiera especulativa y donde la creación de trabajo sea centro de las estrategias. Es una demanda especialmente de los jóvenes, víctimas mayores de la crisis. Y en el consenso a crear resonarán las ideas de Rousseau, para quien cada individuo es sujeto de la soberanía porque entrega sus derechos a la comunidad, pero, a la vez es objeto de ella porque, al ser parte del todo, se los entrega a sí mismo. Al establecerse este pacto, la soberanía reside en toda la sociedad. Hoy, de nuevo, se busca avanzar hacia esa meta de Rousseau, una marcha donde las innovaciones ligadas a las ideas de Turing serán esenciales. Un hecho a no olvidar: el siglo XXI junta a Turing y Rousseau.

Lo más leído