La globalización es imparable
Sergio Lehmann Economista Jefe BCI
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Sergio Lehmann
A pesar de que Estados Unidos y China se han enfrentado duramente el último año y medio, llevando a una guerra comercial altamente costosa para el crecimiento mundial, la globalización es una fuerza imparable. Producto de los cambios tecnológicos y las menores barreras geográficas, veremos que la integración comercial y financiera continuará avanzando.
Tal como lo plantea Parag Khanna, un destacado economista experto en globalización que nos visitará próximamente, el potente crecimiento de la infraestructura y la alta conectividad mundial han reconfigurado la sociedad y nos han hecho cada vez más interdependientes. En particular, Khanna plantea que la geografía ha cambiado desde un concepto más político, propio de siglos anteriores, hacia uno basado en la conectividad y la movilidad, sustentada en extensas redes globales.
Hemos visto que en lo más reciente han emergido fuertes críticas a la globalización, que han derivado en la guerra comercial, el Brexit y movimientos nacionalistas que buscan frenar la integración. Sin embargo, la nueva realidad en materia de conectividad nos llevará inexorablemente a que la globalización seguirá avanzando. En las últimas décadas, la infraestructura portuaria, aeroportuaria y carreteras se ha fortalecido como jamás imaginamos. Lo mismo ha ocurrido con las redes de comunicación, totalizando más de un millón de kilómetros de cables de internet. Esto hace precisamente que la conectividad se haya profundizado, llevando a instalar una mirada cada vez más global del desarrollo. Continuando con esta tendencia, se espera que en los próximos 40 años, de acuerdo a cifras del propio Khanna, se invierta en infraestructura y canales de comunicación más recursos de lo que se invirtió en los últimos 4.000 años. Ello lleva a una completa reconfiguración social.
La estrategia de desarrollo de Chile ha estado alineada con este foco, situando a nuestra economía entre las más abiertas e integrandas del mundo. Ello ha permitido sostener altas tasas de crecimiento económico y avances notables en materia de bienestar social en las últimas décadas. Seguir transitando por este camino, sin embargo, acorde con lo que observamos en las principales economías, obliga a fortalecer la infraestructura del país. Requerimos de mejoras en carreteras, ampliación y modernización de puertos, así como una mayor capacidad energética y de riego, entre otras necesidades fundamentales, de forma de aprovechar de forma integral y potente nuestras ventajas comparativas, que si bien se vinculan en lo grueso a productos básicos, deberían ir recogiendo un mayor valor agregado.
Para el Presupuesto fiscal 2020, el acento se ha puesto en potenciar la inversión, lo que va en lìnea con las urgencias que enfrentamos. Al mismo tiempo, se han anunciado medidas que apuntan a acelerar concesiones de proyectos de infraestructura, buscando elevar los estándares de las carreteras y obras públicas que tuvieron un gran avance hace casi una década, pero que hoy dan cuenta de rezagos importantes en relación a lo que vemos en economías más desarrolladas.
Khanna nos dice que, haciendo una anología entre el cuerpo humano y las economías, el esqueleto correpondería a las redes de transporte. Potenciarlas es entonces clave para seguir desarrollándonos y fortaleciendo la musculatura de nuestra economía, de modo de aprovechar de buena forma las oportunidades infinitas que entrega la globalización, cuyo avance no se detendrá, aun cuando cada cierto tiempo emerjan algunas piedras en el camino.