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Responsabilidad Social Empresarial en Chile y directrices OCDE para multinacionales

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La necesidad de avanzar hacia un desarrollo sostenible que incorpore los criterios de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en las decisiones y actividades de las empresas, acapara progresivamente la atención de la agenda internacional económica. Como consecuencia de esta tendencia, diversas organizaciones han desarrollado instrumentos para responder a esta necesidad. Así por ejemplo, las Naciones Unidas establecieron el Pacto Global y los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos; la Norma ISO 26.000 sobre Responsabilidad Social; la OIT, la Declaración Tripartita de la sobre Empresas Multinacionales y la Política Social; y la OCDE, las Líneas Directrices para las Empresas Multinacionales.

Chile suscribió las Líneas Directrices de la OCDE al momento de adherir a la Declaración de Inversiones y Empresas Multinacionales de la OCDE en 1997 y ratificó su adhesión en 2001. Posteriormente, reafirmó su compromiso en el proceso de ingreso a la organización, entre 2008 y 2010. Finalmente, aprobó la quinta revisión de las directrices en mayo de 2011, con una activa participación.

Las directrices son un conjunto de recomendaciones dirigidas a las multinacionales, que abarcan un amplio espectro de asuntos y principios de carácter voluntario, para lograr una conducta socialmente responsable. Se incluyen, por ejemplo, capítulos referidos a derechos humanos, relaciones laborales, medioambiente, transparencia, intereses de los consumidores, ciencia y tecnología, competencia y pago de los impuestos.

No obstante su carácter voluntario, son el único instrumento multilateral que compromete a los gobiernos a promover e implementar lineamientos de conducta empresarial responsable, junto con disponer de un mecanismo específico para recibir y procesar reclamos ante incumplimientos. Se trata de la obligación de establecer un Punto Nacional de Contacto (PNC), el que es responsable de su implementación en cada país signatario y una pieza clave en el mecanismo establecido por las directrices.

Las principales funciones del PNC son promover y difundir los contenidos de las directrices, servir como foro de discusión y contribuir a la solución de los conflictos a través de mecanismos de diálogo y de mediación entre las partes involucradas.

En nuestro país, el PNC está establecido en el Departamento OCDE de Direcon y forma parte de una de nuestras áreas de trabajo destinadas a obtener el mayor provecho de la membresía en dicha organización internacional.

Pero, ¿por qué las Líneas Directrices son importantes para nuestro país? Porque somos un país abierto a la inversión extranjera y porque ellas se aplican a las multinacionales que están haciendo negocios en Chile. Asimismo, porque este instrumento es aplicable a las empresas chilenas con inversiones en el extranjero, incluso cuando el país receptor no sea suscriptor de las directrices.

Por lo anterior, Direcon colabora con los esfuerzos del gobierno a través del liderazgo del Ministerio de Economía para diseñar una política pública de RSE destinada, entre otros aspectos, a llamar la atención del sector privado sobre la necesidad de asumir conductas socialmente responsables.

La crisis financiera internacional ha demostrado la necesidad de que la actividad empresarial se desarrolle en armonía con los principales grupos de interés en las comunidades en las que desarrollan sus negocios. Por lo anterior, la RSE debe ser asumida como un desafío para contribuir al objetivo de lograr una inversión extranjera de calidad y potenciar las bases para una confianza mutua entre las empresas y las comunidades involucradas, en el marco del aporte que las multinacionales deben realizar al desarrollo sostenible.

El seminario sobre las Líneas Directrices y su aplicación práctica, que tendrá lugar mañana en la Sofofa, es una buena oportunidad para debatir sobre este tema.

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