Reemprender y la Nueva Ley de Quiebras
José Tomás Méndez
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Con la promulgación de la Nueva Ley de Quiebras, se ha puesto un especial énfasis en el “reemprendimiento”, es decir, es una nueva oportunidad para volver a levantarse y reiniciar una nueva empresa.
Entre los aspectos más relevantes de la nueva Ley de Quiebras, está la inclusión de nuevos actores, como lo son los veedores y los liquidadores. Los primeros buscan acuerdos entre el deudor y acreedores, y los segundos, tienen un rol más parecido al de los actuales síndicos, en los nuevos procedimientos de liquidación de las empresas deudoras. Con ello se busca otorgarle, tanto a las PYME como a una persona natural, nuevas herramientas que le permitan volver a emprender.
Sin embargo, la gran novedad se produce con el establecimiento del procedimiento de renegociación y de liquidación de la persona deudora, donde se establece un procedimiento especial para personas naturales que les permite negociar formas de pago con todos sus acreedores, o en su defecto la enajenación de sus bienes o la liquidación de éstos con objeto de dar cumplimiento a sus obligaciones. Dicho procedimiento puede concluir con un “Acuerdo de Renegociación”, que tiene la particularidad que las obligaciones respecto de los créditos que forman parte de éste se entienden extinguidas, y la persona rehabilitada.
La nueva Ley de Quiebras establece un mecanismo mucho más ágil, oportuno y eficaz para no afectar en exceso a las partes involucradas, al proceso de inversión y al crecimiento de la economía, cuando se producen estas dificultades que son parte natural de la vida de las empresas y de las personas. Lo que también va en beneficio de los trabajadores de las empresas afectadas, pues la nueva Ley establece una causal objetiva para la terminación del contrato de trabajo, que corresponde al inicio del procedimiento de liquidación, y así le da esa tan anhelada certeza respecto de la fecha de término de la relación laboral, que permite a los trabajadores ejercer sus derechos y también buscar nuevas oportunidades.
Finalmente, con esta nueva Ley, se desvanece el tortuoso camino que existe en la actualidad para muchas empresas y pequeños comerciantes que se ven expuestos a que distintos acreedores embarguen, y rematen sus bienes una y otra vez, impidiéndole así rehacer su negocio, y comenzar nuevamente.