De fortalezas y equipos
Rafael Mies Ph.D. Académico ESE Business School y profesor visitante USD, San Diego, California
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Rafael Mies
Poco tiempo queda para hacer algo distinto cuando sólo faltan 25 días para lo que muchos han llamado una nueva elección presidencial. Y esto es cierto, cambió de tal modo el escenario electoral y el mapa político que ambos candidatos finalistas fueron sorprendidos con los resultados y con sus reales alternativas de convertirse en presidente el próximo 17 de diciembre.
Por lo mismo, los comandos y los candidatos deben abocarse a asegurar votos, logrando convencer a muchos a volver a las urnas y a un grupo no despreciable a que elija un candidato distinto al que votó y perdió en primera vuelta y que ahora vaya y vuelva a votar por una segunda opción que de algún modo represente sus intereses.
Si alguna recomendación queda por hacer es que hoy más que nunca la frase de Einstein “esperar un resultado distinto haciendo lo mismo no es otra cosa que signo de locura” se hace más relevante. ¿Pero qué se puede hacer distinto que pueda cambiar un escenario en tan poco tiempo? La verdad es que nadie tiene una respuesta muy acertada, porque si la tuviera ya estaría definido el ganador. Pero sin duda hay algunas cosas que se pueden considerar.
En este sentido, mi única recomendación es que este es el momento de apoyarse en las fortalezas que cada uno tiene y dejar de enfocarse en las debilidades. Para ello es fundamental tratar de mostrar lo que es más genuino y auténtico de cada uno y evitar concentrarse en ocultar debilidades. Está bastante demostrado que son las fortalezas y no las debilidades las que le interesan a las personas, por lo que hacer una campaña basada en las debilidades del otro o tratando de ocultar las propias sólo causará más rechazo en el electorado.
Como esta batalla electoral se dará principalmente en los medios, el que tenga fortalezas comunicacionales correrá con cierta ventaja. Pero a su vez, el que tenga más fortalezas concretas que presentar, como la capacidad demostrada de gestionar situaciones complejas, también tiene una ventaja no despreciable. Lo interesante en este sentido, es que ambos candidatos son tan distintos que realmente pueden hacer gala de cosas muy complementarias. Ahora bien, si un candidato no parece contar con fortalezas suficientes para convencer en 25 días a este electorado complejo, tiene la oportunidad de buscar en su equipo aquello que le falta.
Estos no sólo son los días del candidato, también es una gran oportunidad para mostrar que el futuro del país no depende solo de las fortalezas y debilidades de una persona sino de un equipo comprometido y capaz de apoyar y complementar con otras fortalezas el liderazgo presidencial. Ese equipo puede marcar la diferencia interpretando las necesidades de los electores y dándole un cierto nivel de certeza de que éstas serán escuchadas. Por ello, son también las fortalezas de los equipos, si son presentadas sabiamente, las que pueden hacer la gran diferencia en esta segunda vuelta.