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¿Qué hacemos para que Elon Musk elija Chile?

Rafael Ariztía Socio MFO Advisors

Por: Rafael Ariztía | Publicado: Miércoles 7 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Rafael Ariztía

Ayer fue un día normal para la gran mayoría. Sin embargo, para aquellos involucrados en el mundo de los cohetes y viajes espaciales, fue un día muy esperado. Al momento de escribir esta columna, estaba en curso el lanzamiento del cohete espacial más avanzado que probablemente se haya lanzado jamás. SpaceX, la compañía fundada en 2002 por Elon Musk, tenía programado el primer despegue de prueba del Falcon Heavy, un cohete que supera en dos veces la capacidad de carga al que le sigue, y lo hace a un tercio del costo. Independiente del resultado de la prueba, marcará un nuevo hito en desarrollo espacial.

No hay duda de que Musk es un personaje muy particular, que da para escribir más de una columna. Su visión, empuje y perseverancia, son probablemente las causas fundamentales por las que sus empresas han sobrevivido los múltiples desafíos que tienen los emprendimientos, particularmente cuando estos apuntan a destronar a empresas establecidas en industrias como la espacial y automotriz.

Pero más allá del personaje, el interés de esta columna es reparar en un aspecto bastante obvio respecto a sus compañías. Musk ha fundado (y con seguridad, seguirá haciéndolo) todas sus empresas en EEUU, particularmente en California. Habiendo nacido y crecido en Sudáfrica, apenas pudo, Musk se fue a Norteamérica. Primero a Canadá y después a Estados Unidos. Y ahí creó sus empresas.

La pregunta entonces es ¿por qué? ¿Por qué un sudafricano talentoso va a Estados Unidos a crear empresas? ¿Qué ofrece California que no pueda dar Sudáfrica o Chile? O puesto de otra manera, ¿qué debiéramos aprender para atraer empresarios talentosos como Elon Musk?

La respuesta, como todas, es que depende de múltiples factores. Factores que sumados (y restados) dan forma a un ecosistema que es favorable al emprendimiento. Acceso a un mercado de consumo, acceso a capital humano talentoso, acceso a financiamiento, redes de conocimiento y de personas, reconocimiento, facilidad para hacer negocios, certeza jurídica, etc. Son todos elementos mínimos para lograr un ambiente favorable al emprendimiento.

Algunos de esos factores no son replicables por países como Chile, por el tamaño de nuestra economía. Pero otros sí lo son, o al menos debieran serlo. En particular quiero centrarme en dos en que hemos perdido terreno y es urgente recuperarlos, si alguna vez queremos atraer talento e inversiones que no sean sólo para extraer recursos naturales: el reconocimiento y la facilidad para hacer negocios.

Muchos creen que personas como Musk emprenden porque quieren ser infinitamente ricos. Pero la verdad es que detrás de personajes como él, los incentivos son mucho más complejos. La riqueza con seguridad es importante, y legítima, pero creo que normalmente es secundaria al reconocimiento y la satisfacción personal de vencer los obstáculos. Valorar y celebrar, por lo tanto, a los empresarios exitosos es esencial para atraerlos. Detrás de un empresario exitoso hay una historia de miles de personas, equipos que se han esforzado y que son reconocidos en forma anónima a través del reconocimiento a su líder. Detrás de Steve Jobs había miles de personas talentosas que sienten el éxito de Apple como propio. Si hay algo que como sociedad tenemos que recuperar, es la capacidad de celebrar el éxito ajeno, en vez de mirarlo con desconfianza.

Lo segundo es la facilidad para hacer negocios. Más allá del payaseo que vimos en torno al indicador Doing Business del Banco Mundial, es un hecho que hacer negocios y desarrollar industrias en Chile se ha vuelto más difícil. Por un lado, es normal que lo sea, porque las sociedades ponen más exigencias en la medida que son más ricas y Chile, a pesar de la mirada gris de algunos, ha avanzado mucho y es un país más rico y exigente que hace 30 años. Pero esa exigencia no puede volverse una imposibilidad.

Las empresas de Elon Musk están creando fábricas de baterías, de paneles solares, de autos y cohetes. Algunas de ellas están el medio de la ciudad. Y en Estados Unidos les dan la bienvenida. La pregunta es cuándo lo haremos en Chile, y cuándo nuestros procesos de aprobaciones regulatorias serán tan eficientes que los SpaceX del mundo vendrán a Chile a instalarse… o mejor aún serán fundadas acá. Tenemos trabajo por delante.

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