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Columnistas

¿Puedes expresarte libremente en tu ambiente de trabajo?

Diana Jara Peralta, HR Business Partner BASF – #soypromociona

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 25 de junio de 2021 a las 12:25 hrs.

La diversidad e Inclusión se ha ido transformando en un tema prioritario para muchas empresas. Poder incorporar personas diversas a nuestras organizaciones parece ser una opción no sólo ética sino necesaria para ir derribando sesgos y valorar las visiones diferentes, porque sabemos la riqueza que puede traer a los equipos de trabajo, a la innovación y consecuentemente a los negocios.

Sin embargo, más allá de la declaración de buenas intenciones o de lo que está escrito en las políticas vigentes, una pregunta realizada en el contexto de una encuesta de diversidad e inclusión, dirigida a toda la organización y no únicamente a los grupos definidos como diversos (LGBTI+, Mujeres, PCDs, entre otros) captó mi atención:

¿Sientes que puedes expresarte libremente en tu ambiente de trabajo?

A partir de esta pregunta surgieron algunas reflexiones que me permito compartir.

La inclusión va más allá de los grupos definidos como diversos. Si bien es cierto que gracias a las políticas y en algunos casos al establecimiento de cuotas legales se ha ido avanzando (lentamente) en la incorporación de personas pertenecientes a estos grupos en todos los espacios de la sociedad donde están subrepresentados, también es cierto que hay otras diversidades que no necesariamente se visibilizan ni se valoran, tales como la diversidad de estratos sociales, diversidad de propósitos, diversidad de pensamiento, diversidad de realidades y que muchas veces son aspectos de la diversidad que están completamente ocultos en los contextos laborales/organizacionales.

Lo que soy versus lo que "debería ser". Los sesgos inconscientes son las creencias sobre cómo deben ser las cosas y que se han ido enraizando en la sociedad que hemos construido, por lo que es muy difícil cuestionarlos, principalmente porque no logramos identificarlos. Hoy es más común, aunque no necesariamente más fácil, desafiar estos sesgos en las organizaciones, específicamente en temáticas de género (que aún falta). Pero ¿por qué no desafiar más allá y cuestionar si "lo que debería" es realmente lo que construye y aporta a una mejor organización o sociedad?

Hoy vemos con tristeza cuántas personas están viendo afectada su salud mental, situación que se ha incrementado exponencialmente producto de la pandemia, por intentar cumplir con lo que "debería hacer" en los múltiples roles, conforme al estereotipo social impuesto para cada uno de ellos.

Finalmente, y en mi opinión, la inclusión es un acto de valentía. Los sesgos, si bien son culturalmente validados, están arraigados en nuestra estructura personal. Entonces para poder identificarlos, es necesario una mirada personal, atreverse con valentía a mirarse, sin sesgos, sin juicios y reconocer lo que siento. Desde ahí, en ese espacio de vulnerabilidad lograremos conectar con otros, sin sesgos, y realmente comenzar a transitar por el camino de la inclusión, desde una empatía genuina.

Por mi parte, continuaré trabajando para que cada día más personas puedan responder sin temor la pregunta que origina esta reflexión.

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