Profesionales del futuro: Más allá de la tecnología

GINA OCQUETEAU

Hace algunos días en este mismo medio se publicó un artículo donde el Premio Nobel de Economía 2010, Christopher Pissarides, profesor en la London School of Economics y especialista en el análisis del mercado laboral, se mostró optimista sobre el impacto que está teniendo la inteligencia artificial, pero a la par hizo un llamado a las nuevas generaciones a no enfocarse únicamente en estudiar carreras relacionadas con la tecnología, incluyendo además áreas que desarrollen habilidades empáticas, creativas y de gestión.

Según el experto, las carreras tecnológicas pueden verse saturadas de manera rápida y muchas serían reemplazadas por la IA, pero plantea que existen otras más tradicionales, como la hotelería o la atención en salud, que no se verán amenazadas, ya que requieren de competencias que no pueden ser emuladas por la automatización y que seguirán teniendo alta demanda durante los próximos años.

“Es fundamental una elección educativa que considere la incorporación tecnológica, pero sin caer en la trampa de pensar en las carreras de este rubro como única posibilidad de éxito profesional”.

En Chile conocimos la semana pasada los resultados de la última versión de la PAES, examen que fue rendido por 251.877 personas, un 3,9% más respecto al año anterior. De ellas, hay 224.386 que obtuvieron un puntaje que les permite postular a las universidades adscritas al Sistema de Acceso a la Educación Superior, representando un aumento de 0,7% (1.619 personas) respecto al año anterior.

Son miles los jóvenes que hoy no sólo están decidiendo su futuro, sino también el de Chile, ya que en un par de décadas pasarán a formar parte de la fuerza laboral del país y deberán enfrentar los desafíos que recién comienzan a atisbarse. Por eso, es fundamental una elección educativa que considere los aspectos prácticos en el aprendizaje y la incorporación tecnológica, pero sin caer en la trampa de pensar en las carreras de este rubro como única posibilidad de éxito.

Actualmente, las habilidades integrales son fundamentales para cumplir tareas de todo tipo. Pensemos por ejemplo en el mundo del emprendimiento, donde empresas y startups tratan de destacar frente a una fuerte competencia. Es cierto que en la opinión pública destacan los proyectos más revolucionarios y disruptivos, en especial aquellos que cuentan con un agregado de IA, pero tampoco estamos viendo el mapa completo. Cualquier emprendimiento que hoy triunfa fue antes una idea que, para concretarse, involucró destrezas humanas como la visión de largo plazo, la resiliencia ante los varios obstáculos que surgen, la resolución de problemas prácticos del día a día y la generación de redes de contacto con personas claves que pudieron entregar algún consejo, o actuar de puentes para conectar al emprendedor con quienes pueden formar parte del equipo o convertirse en potenciales clientes.

Estos principios aplican también para quienes ahora se desempeñan en el mundo laboral o son emprendedores. ¿Cuántas veces hemos escuchado historias sobre empresas que cuentan con los mejores avances tecnológicos del mercado, pero que pierden clientes porque fallan en algo tan básico como una buena atención postventa o la capacidad de conectar con los usuarios?

En medio de la revolución tecnológica que vivimos, las palabras de Christopher Pissarides resuenan con fuerza. Tenemos la misión de equilibrar y diversificar el enfoque para afrontar de mejor manera los problemas del mundo actual. Esta visión integral no sólo define el destino individual de las nuevas generaciones, sino que también configura el futuro colectivo de Chile, donde el equilibrio entre tecnología y habilidades humanas marcarán la pauta del progreso.