Piensa Positivo, versión 2024

Roberto Izikson

En los últimos años Chile ha tenido que enfrentar las consecuencias del estallido social, pandemia, Convención Constitucional, crisis de seguridad e inflación, triunfo del Rechazo y un nuevo proceso constituyente que terminó poniéndonos en los libros de Guinness al ser el primer país en rechazar dos veces un cambio constitucional. ¿Y el mundo? Poco auspicioso: cambio climático, inteligencia artificial, democracia en crisis, más guerras, polarización, Bukele, Trump, Milei, Ecuador y populismos en ascenso.

Después del último plebiscito, desde Cadem nos preguntamos, ¿y ahora qué? El resultado del estudio se resume en un estado de ánimo negativo que se representa en tres sentimientos: 1) Desilusión, respecto del pasado, de lo que pudo ser y no fue; 2) desconfianza, actitud que nos invade al mirar el presente; y 3) desesperanza al momento de observar lo que nos depara el futuro. Una sensación de que los problemas que nos rodean están fuera de control y que nos sobrepasan, dejándonos vulnerables y sin protección.

Nuestro país está expuesto a lo que podríamos describir como un “momento populista”: Nota roja al sistema político y económico y una triple crisis: el temor a la delincuencia en sus niveles más altos históricos, una percepción negativa de la economía que supera a la crisis asiática y un creciente aumento en la percepción de corrupción de las instituciones, pasando de 70% en 2015 a 84% en el 2023.

Por si fuera poco, la última encuesta del CEP muestra que cuatro de cada 10 chilenos piensan que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático (o le da lo mismo) y un 66% considera que el país necesita un gobierno firme. El cuadro se cierra con Nayib Bukele, presidente del Salvador, con 85% de conocimiento y 78% de imagen positiva en Chile, superando a cualquier político local.

Es urgente, entonces, iniciar un proceso que nos permita recuperar niveles mínimos de confianza, una convivencia armónica, libre de sospecha básica y construir horizontes de esperanza común que brinden cohesión, identidad y sentido de comunidad.

En este contexto, se me vino a la cabeza un jingle pegajoso que escuchamos hace muchos años. Una campaña de TV que mostraba un pulgar hacia arriba y una voz en off que llamaba a dar vuelta el pesimismo: Piensa Positivo. Esta campaña dedicada al optimismo surgió desde la agencia McCann y buscaba hacerse cargo del estado de ánimo que prevalecía después de la crisis asiática. Además de anotarse récords de penetración y recordación, la campaña tuvo una particularidad: costó prácticamente cero. Los medios aceptaron publicitarla gratuitamente y los avisadores también se sumaron a la iniciativa incluyendo el logo de la campaña en sus piezas publicitarias.

Sin duda que hoy uno podría preguntarse, ¿cómo alguien que fue víctima de la delincuencia, que vive con temor, que perdió el empleo o que no tiene recursos suficientes para llegar a fin de mes, puede pensar positivo? Posiblemente esas personas no podrán hacerlo hoy. Pero necesitamos partir por alguna parte. Necesitamos hacernos cargo del pesimismo. Necesitamos más humor, cultura, deporte, plazas, parques. Más puntos de encuentro, más puentes. Necesitamos volver a conectarnos. Nadie queda eximido de responsabilidad y a todos nos afecta. El desafío es gigante y es de todos. Pensemos positivo.

Roberto Izikson

Socio y Gerente General de Cadem