Para las PYME, más ayuda y menos burocracia
Gina Ocqueteau Consejera General de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech)
- T+
- T-
Gina Ocqueteau
En el último tiempo, tanto el debate como las propuestas de la clase política se han focalizado en puntos como el Imacec, el presupuesto 2021, la segunda ola de Covid-19, el segundo retiro del 10%, y otros. Discusiones necesarias, pero que a veces se alejan de la necesidad imperiosa de acuerdos que favorezcan a la población.
No olvidemos que la última tasa de desempleo en Chile, ubicada entre agosto y octubre de 2020, fue de 11,6%, la que según la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) estuvo influenciada por las reducciones de la fuerza de trabajo (10,5%) y de los ocupados (14,8%). Es cierto que hubo medidas para contrarrestar la magra situación de estas personas y también de sus empresas, como los créditos Fogape, el Ingreso Familiar de Emergencia, los bonos para la clase media y el primer retiro del 10% desde los fondos de las AFP, pero ante un posible rebrote del coronavirus todo puede ser un antídoto leve en medio de una patología extensa.
Sin duda que lo anterior se ve con mayor claridad e influye con más incidencia en las pequeñas y medianas empresas del país, las grandes generadoras del empleo en Chile. Con el retroceso a Fase Dos dado a conocer esta semana por el Gobierno, muchas se verán nuevamente golpeadas por la vuelta de las cuarentenas durante los fines de semana, principalmente las dedicadas a los servicios. Los aforos limitados y la necesidad de acotar su oferta las llevarán nuevamente a enfrentar crisis, analizar la situación de sus trabajadores y observar el futuro con ojos de incertidumbre.
También se encuentran las que esperan la ayuda del Fondo Crece, que deambuló entre el Poder Ejecutivo y Contraloría durante varios meses y que hace unas semanas recién pudimos conocer su reglamento. Una medida necesaria, dado que servirá para este período de reactivación y de recontratación de trabajadores, pero que vio la luz largo tiempo después de que muchas empresas se asumieran sin capital, sin liquidez, con activos despreciados y deudas inminentes. Estos grados de pesadumbre también se extienden para quienes recibieron los créditos “blandos o Covid”, pues varias compañías se ven en la necesidad de que se aplace el pago de las primeras cuotas, ya que ni siquiera han alcanzado un nivel de ventas que les permita sobrevivir.
En el último mes del año que probablemente nunca olvidemos, marcado por la pandemia mundial de coronavirus, quienes participamos en los gremios esperamos mayor celeridad para atender los problemas urgentes de las PYME. Decisiones que se tomen sin tanta burocracia y que permitan ver un cielo menos gris de cara a 2021. Hoy más que nunca es necesario concretar esos acuerdos para que muchas puedan ver los beneficios y recibir una ayuda pronta y certera con subsidios y refinanciamientos, provenientes del sector público y también del privado, al igual que de medidas más cercanas a sus necesidades y que no se entrampen en disputas ideológicas, mensajes por redes sociales y otros efectos mediáticos.
Lo que me ha tocado conocer del mundo emprendedor durante este año, me dice que gran parte de sus protagonistas quiere ver la manera más eficiente para salir adelante y solventar de alguna forma este momento. Ese mismo sentimiento lo debemos asumir todos, con esfuerzo, dedicación y urgencia, para que así nadie quede afuera de esta reactivación país que nos permitirá decir, si todo sale bien, que toda nuestra energía fue ocupada para dar estabilidad a nuestra economía.