Seamos felices

Padre Hugo Tagle

El ambiente laboral es importante para el buen desempeño y felicidad personal. No da lo mismo cómo nos tratemos en el trabajo, lo bien o mal que se lleven los colegas, la forma de hablarnos, el lenguaje y tono.

Es lo que se lee de una encuesta realizada por la Asociación chilena de seguridad (ACHS) sobre bienestar laboral. Si bien la encuesta da cuenta de la baja en la percepción de felicidad laboral durante la pandemia – de un 61% prepandemia a un 53% hoy –, es significativo que los principales conceptos asociados a bienestar laboral son el trabajo en equipo y la calidad de sus jefes, la relación con los compañeros y el sentirse valorado. Todo ello, incluso más que el tema sueldos.

Y por el contrario, ante la pregunta acerca de qué hace sentir a los chilenos menos felices en el trabajo, se repiten conceptos como mala jefatura y desorganización, conflictos con compañeros y faltas de respeto.

Al final del día, el trato, respeto, deferencia y consideración, son esos de intangibles "gratis" que mejoran la calidad y bienestar laboral.

Pero yo extraño algo en estas encuestas. Si se trata de mejorar el ambiente laboral, se debería incluir la pregunta sobre el aporte de cada uno a un mejor ambiente de trabajo. ¿Qué hace usted o cuál es su aporte para lograr un mejor ambiente de trabajo, convivencia, diálogo y amistad? Más de alguno considerará que hace muchísimo. Abundan los que exageran en esta materia y sienten incluso que su aporte se valora poco, esperando siempre halagos, felicitaciones y aplausos, como si tratar bien, ser respetuoso fuese una cortesía extra y no algo de Perogrullo.

Pero seguro que a muchos les dará que pensar y se cuestionarán sobre su aporte para el buen ambiente en su oficina, taller, sala o negocio. Descubrirán que podrían dar y hacer más. Y seguro de que llevarán la pregunta a sus familias y vecindad. No somos espectadores en un cine o acreedores exigiendo beneficios a costa del resto, demandando a diestra y siniestra derechos "para mí", como si el entorno me debiera pleitesía, agradecerme por existir. Los que se creen imprescindibles, son los más prescindibles de todos.

Se va por la vida con actitud de deudor, sabiendo que se debe todo en ella y que estamos aquí para devolver lo mucho que hemos recibido. La felicidad, finalmente, consiste en ver y hacer felices a quienes nos rodean. Mejorar el trato es hoy un desafío mayúsculo. La tensión provocada por el Covid, aislamientos e incertidumbres exige mejorar el trato; crecer en respeto y consideración. Y se puede empezar hoy. Es gratis.