Recordar a las víctimas
Padre Hugo Tagle, @HugoTagle
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Padre Hugo Tagle
Quizá tiene razón el presidente electo Boric. Como lo dijo enfáticamente en el período preelectoral: "No se puede indultar a una persona que quemó una iglesia, una PYME o saqueó un supermercado". Y no creo que lo haya dicho solo como treta electoral.
En efecto, se debe ser riguroso en distinguir a los miles que han salido a protestar a las calles pacífica y civilizadamente desde ese octubre 2019, de quienes cobardemente saquearon, quemaron y destruyeron almacenes, pymes, supermercados, iglesias e inmobiliario público hasta el hartazgo. Y otro tanto el Metro, que gracias a una notable eficiencia y profesionalismo pudo seguir sirviendo a millones de trabajadores y gente de esfuerzo, a pesar de la vil destrucción sufrida.
Por respeto a las legítimas demandas de dignidad, seamos justos. Separemos a los ciudadanos honestos, sacrificados, respetuosos, que han participado civilizadamente de las movilizaciones, respetando los bienes ajenos, de quienes han atropellado los derechos y literalmente arruinado las vidas de otros chilenos.
Por "la dignidad del pueblo" debe volver el imperio de la ley. La delincuencia es la primera preocupación ciudadana en todas las encuestas. Junto con ello, se debe hacer justicia y reparar el daño causado a tantas familias y ciudadanos honestos a los cuales se les robó y destruyó todo.
Pareciera que se olvida. Quizá habrá que visibilizarlos más, darles "rostro". Se trata de familias enteras, chilenos esforzados, que han sufrido en el entorno de la Plaza Baquedano y otras ciudades saqueadas. Donde había un negocio, restorán o almacén, hoy solo hay un agujero triste y desolador. Hacer justicia es lo más propiamente "digno" y un buen signo de ese "Chile nuevo" que se ha prometido.
Ahora bien, urge una justicia más despabilada. "Justicia tardía, no es justicia". La larga "prisión preventiva" de muchos apresados en esas movilizaciones no se comprende. Muchos de los jóvenes aprehendidos ni quemaron ni robaron ni han delinquido nunca. En la refriega de esos tristes días, fueron atrapados quizá por error. Es lo que hay que aclarar y será materia de prueba dilucidar su culpabilidad en los crímenes que se les imputan o no.
Pero por respeto al sentido de cambio prometido, para no enlodar más las legítimas demandas populares, quienes atentan contra los derechos de los demás deben asumir las consecuencias de su delito. Y junto a ello, reparar el daño causado a las víctimas de los saqueos, incendios y destrucción cobarde. Otra forma de hacer realidad la "dignidad" a la que se aspira.