La democracia es cara
Padre Hugo Tagle @HugoTagle
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Padre Hugo Tagle
En efecto, es cara. Hay que pagar todo un aparataje de parlamentarios, concejales, funcionarios, asesores. Pero vale la pena darse ese "lujo" y cuidarla. Más democracia es más libertad, participación, integración, igualdad y justicia. Y se construye respetando las reglas del juego y, sobre todo, votando.
Sabemos cuán frágil es. La violencia -cobarde, demencial, fascista-, que golpeó sobre todo a los más pobres y vulnerables desde ese 18 de octubre para el olvido, no se puede repetir. Las diferencias se expresan a través del diálogo, debates, intercambio de ideas y de la forma más revolucionaria y rupturista que existe, que es la papeleta electoral. Nada más valiente e inteligente.
Sí debemos perfeccionarla. Aunque, la verdad, tenemos un modelo que permite una alta participación. El punto es animar a la ciudadanía a subirse al carro, especialmente a los sectores más desprotegidos. Escucharlos, atender sus legítimas demandas. Los cambios no vendrán de quienes tienen baja aprobación popular y, por ello, alientan la violencia. Tendrán que preguntarse si lo que ofrecen es lo que "el pueblo" quiere. Todo dice que no.
Un elemento positivo es que las dos candidaturas en competencia quieren luchar contra la corrupción y el "apitutamiento" en cargos públicos. Eso hay que apoyarlo y exigir que se cumpla.
El servicio público no es "servirse", sino servir al país. Se debe ser mucho más riguroso en condenar a quienes se aprovechan de cargos públicos para su beneficio personal.
Entre las expectativas ciudadanas se repiten varios intereses, algunos en sintonía con las inquietudes mundiales: ecología o preocupación por el medio ambiente, incorporación de la mujer, descentralización. A nivel local debemos nombrar violencia y delincuencia -a las que se le debe poner atajo-, y salud y pensiones.
El futuro es verde, o no hay futuro. Es urgente el tema del agua y una más agresiva campaña de arborización y reciclaje. La "irrupción" de la mujer en el mundo laboral y político no es una concesión graciosa de los hombres hacia ellas, sino un derecho. Es más, un buen equilibrio entre lo femenino y masculino en todos los ámbitos permite que la vida funcione mejor, que el ser humano esté más al centro. Y lo tercero, una mayor descentralización, mayor libertad en muchas áreas regionales, permite abordar mejor los problemas locales, ya que allí se conoce de cerca la realidad y necesidades de sus ciudadanos.
Que este domingo sea una fiesta de la democracia. Una fiesta de civilidad, tolerancia y respeto.
El mejor servicio a Chile.