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Alto contrasteLas empresas del sector Envases y Embalajes están cada día más valoradas en el mercado y su desempeño así lo comprueba. El aporte de este sector a las exportaciones chilenas es inigualable, permitiendo que los productos de exportación chilenos recorran muchos kilómetros, durante semanas y lleguen a su destino tal como salieron de su origen.
Sin embargo, a pesar que el sector está en un muy buen momento, a veces se encuentra con “alertas” que no siempre apuntan en la dirección correcta y la mayoría de las veces esto es solo por falta de información y precisión en los contenidos.
Es así como aparecen nuevos reglamentos municipales, prohibiendo el uso de bolsas plásticas de supermercado, afectando a un numero considerables de empresas del sector, cuando la solución adecuada no es esa, si no por el contrario: informar, educar y buscar una solución conjunta público-privada. Ese es el camino correcto.
Eliminar las bolsas plásticas de supermercado soluciona un problema que no es real, ya que estas bolsas son muy útiles; son 100% reciclables y recicladas en un porcentaje importante si consideramos que en Chile no hay regulación ambiental aún en esta materia. Además, son 100% reutilizadas por las dueñas de casa para depositar la basura que generan en los hogares (orgánica e inorgánica). ¿En qué colocaremos la basura de nuestras casas?. Tendremos que comprar nuevas bolsas de basura (que no son biodegradables) y terminarán en los rellenos sanitarios, siendo un costo extra e innecesario para las dueñas de casa.
El “problema de contaminación” que se plantea para prohibir las bolsas plásticas de supermercado, se resolverá verdaderamente cuando el Estado lidere el camino educativo de la ciudadanía para que estos “residuos valorados=bolsa de plástico de supermercado” sean reincorporados a la cadena de reciclaje de plásticos y no lleguen a los rellenos sanitarios, ríos, lagos o estén botadas en las calles.
El camino no es prohibir. El camino es levantar muchas cadenas de reciclaje a lo largo de Chile, que no solo permitirán reducir los residuos hacia los rellenos sanitarios, sino también ayudarán a la inclusión de los recicladores de base en un noble oficio, generarán fuentes de trabajo y emergerán nuevos mercados laborales, es decir se generarán externalidades positivas.
La ley de Reciclaje (ley REP) que hoy se encuentra en el Congreso, en la cámara baja, para su discusión, va en el camino correcto, donde prima el principio de que “el que contamina paga”.
