Nuestra política comercial y el TPP11
Álvaro Jana Linetzky Socio de Jana Abogados, exdirector general de Relaciones Económicas Internacionales
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Álvaro Jana Linetzky
Mientras en Chile surgen algunos movimientos anti TPP (TPP11 o CPTPP), que han devenido derechamente en anti-TLC, y el Gobierno del Presidente Boric –por intermedio de la ministra de Relaciones Exteriores– asume la posición de no desechar este acuerdo, pero tampoco apoyarlo, a la espera del plebiscito de septiembre que rechazará o aprobará la propuesta de nueva Constitución, algunos miembros que ya lo han ratificado, hacen balances muy positivos.
Sin ir más lejos, algunos días atrás, la ministra canadiense de Comercio Internacional, Promoción de Exportaciones, Pequeños Negocios y Desarrollo Económico, Mary Ng, en una entrevista televisiva, dio cuenta de los beneficios concretos y tangibles que el CPTPP había generado para su país, junto con destacar las cualidades de comprensivo y progresivo propias de este acuerdo; especialmente, en relación con los capítulos dedicados a la protección del medio ambiente y a los estándares laborales. Canadá ratificó el CPTPP hace casi cuatro años.
“Preguntémonos quiénes están en lo correcto. ¿Nosotros, que queremos revisar a fondo nuestra política comercial y seguir sin ratificar acuerdos como el TPP? ¿O los países que están haciendo todo lo contrario?”
Así, mientras otros países y economías con políticas comerciales como las nuestras –fuertemente relacionadas y enfocadas en el Asia Pacífico– no han perdido oportunidad de participar de nuevas iniciativas de integración y cooperación económicas, o de profundizar las existentes, Chile anuncia procesos de revisión y consulta interna de lo que ha sido nuestra política comercial durante los últimos cuarenta años, así como de los más de 30 acuerdos de libre comercio que nos conectan con un 65% de la población mundial. De hecho, en consonancia con ello, el actual Gobierno les comunicó a los representantes de la Unión Europea, no hace mucho, su decisión de reconsiderar el acuerdo de modernización del tratado de asociación que tenemos con este bloque, cerrado en noviembre pasado por la anterior administración.
Mientras Chile -precursor de un acuerdo transpacífico multilateral, miembro fundador del TPP y sin lugar a dudas un actor clave en su celebración- ahora lo cuestiona y frena su ratificación, hay otros no miembros que buscan determinadamente unirse a él. Presumamos que es porque en ello ven más beneficios que costos, y por eso para lograrlo, naturalmente, están dispuestos a iniciar procesos de negociación que implicarán concesiones. Por ejemplo, China o economías como Taiwán, con una fuerte vocación por el libre comercio y que desde hace años ha venido desarrollando un trabajo preparatorio para su ingreso a este acuerdo. Y qué decir del Reino Unido, que hace un par de años decidió sumarse y su proceso de adhesión avanza exitosamente.
¿Quiénes están en lo correcto? ¿Nosotros, que queremos revisar a fondo nuestra política comercial como si no fuera todo lo exitosa que ha demostrado ser, reabrir negociaciones ya cerradas con socios comerciales estratégicos y seguir sin ratificar acuerdos como el TPP? ¿O aquellos que están haciendo todo lo contrario?
Matices siempre han existido; instancias de reflexión y perfeccionamiento son más que bienvenidas. Pero, cuidado, nada es gratis.