Con más de 35 años de trayectoria, Comercial Sportex, ligada a los hermanos Isaac y Jaime Avayú, solicitó a la justicia el inicio de un proceso de reorganización financiera. La sociedad explota varios centros de venta de ropa deportiva bajo las marcas Everlast, NGX, Zoo York y Pony, entre otras.
Los pasivos de la compañía -asesorada por el Estudio Nelson Contador Abogados & Consultores- rozan los $ 15 mil millones y sus principales acreedores son los bancos BCI, Santander y Estado.
La actividad principal de la compañía se centra en el desarrollo y la distribución de ropa, calzado y accesorios deportivos, así como de reconocidas marcas internacionales con licencia. La distribución de la compañía abarca todo el país a través de tiendas independientes, mayoristas, supermercados y canales online.
“Comercial Sportex SpA se ha constituido como una empresa líder en el mercado de vestuario y moda a nivel nacional. No obstante, diversas adversidades motivaron a la compañía a solicitar la apertura de un procedimiento de reorganización judicial con el objetivo de reestructurar sus pasivos y asegurar la sostenibilidad de su operación en el mediano y largo plazo”, dijo Nelson Contador en su presentación a la justicia.
El experto en este tipo de procesos explicó que, con la reorganización judicial, la sociedad busca renegociar sus compromisos financieros con acreedores, y así continuar operando “con un enfoque renovado” en eficiencia y crecimiento sostenible.
“Esta decisión responde a un contexto desafiante que ha afectado al sector retail y a la economía nacional en los últimos años”, afirmó el abogado, quien sostuvo que, entre las principales razones que llevaron a la compañía a tomar esta medida, se encuentran la crisis social, la pandemia, un sobreendeudamiento bancario y el alza en el tipo de cambio.
"Entorno cambiante"
Contador dijo que las movilizaciones, revueltas y la inestabilidad económica en Chile derivada del estallido social ocurrido en 2019, impactaron gravemente el comercio, con cierres prolongados y menor afluencia de clientes en los locales.
Posteriormente, señaló que la pandemia ocasionó el cierre temporal de tiendas físicas, restricciones de movilidad y disrupciones en la cadena de suministro global que significaron una fuerte caída en las ventas y una acumulación de inventarios, lo que -sostuvo- impactó negativamente la liquidez de Sportex. A esto sumó el “aumento exponencial” de los costos de transporte internacional.
En su presentación a la justicia, el abogado afirmó: “En un esfuerzo por sostener su operación durante la crisis sanitaria y adaptarse a un entorno cambiante, Sportex accedió a financiamiento adicional que se tradujo en un sobreendeudamiento bancario”.
Por esto, afirmó que, aun cuando la compañía ha cumplido con sus compromisos financieros en los plazos establecidos, el costo de dicho endeudamiento impactó directamente en su flujo de caja. En particular, mencionó su capacidad para efectuar compras y reposición de inventario en los parámetros requeridos para sostener los niveles de venta que necesita la firma.
Por último, la empresa se refirió a la depreciación del peso chileno frente al dólar, que se tradujo en un aumento en el tipo de cambio. Esto, aseguró Contador, ha encarecido significativamente los costos de importación, afectando el margen de comercialización de productos de la empresa, los que dependen en gran medida de proveedores y transportes internacionales.