Diálogos para la sostenibilidad y la gobernabilidad
Macarena Letelier Velasco, Directora Ejecutiva CAM Santiago
- T+
- T-
Macarena Letelier
El mundo navega por aguas turbulentas. La pandemia golpeó la economía global a escalas que aún cuesta dimensionar; la crisis climática es quizás la principal amenaza existencial que enfrenta nuestra sociedad; y las tensiones políticas y sociales se han vuelto cotidianas.
Las sociedades democráticas necesitan, más que nunca, de cohesión social.
“¿Qué reconocimiento le damos, como sociedad, a quienes lideran procesos sociales, políticos y/o económicos con el diálogo por delante?”
En medio de estos desafíos apremiantes, las conversaciones sobre cómo lograr una reactivación sostenible y resiliente han ido tomando fuerza. Y es ahí donde conceptos como diálogo y gobernabilidad efectiva, han sido cruciales e ineludibles para aspirar a avanzar hacia un desarrollo realmente sostenible.
Sin embargo, ¿qué hacemos como sociedad para instalar el diálogo como herramienta permanente en nuestras relaciones? ¿Qué reconocimiento le damos a quienes lideran procesos sociales, políticos y/o económicos con el diálogo por delante?
El 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible que, entre sus ejes rectores, contempla la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, la provisión de acceso a la justicia para todos, y la construcción de instituciones responsables y eficaces en todos los niveles.
La sostenibilidad dice relación con satisfacer nuestras propias necesidades sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Sostenibilidad es cuidado y protección del medio ambiente, pero considera también preocupaciones por la equidad social y la resolución de conflictos basados en el diálogo.
En contextos empresariales y organizacionales, la sostenibilidad comúnmente considera tres formas de medir prácticas sostenibles: el efecto que una empresa tiene sobre el medio ambiente; el efecto que tiene en la sociedad; y la generación de retorno económico. Para avanzar hacia el cumplimiento de dichas prácticas, es evidente que los líderes con propósito –aquellos que buscan empresas sostenibles- deben contemplar y practicar la escucha: entender, considerar e incorporar las perspectivas de sus grupos de interés cuando definen la acción sostenible. Estos diálogos (conscientes) se dan no sólo entre las empresas y sus grupos de interés, sino también internamente entre líderes y colaboradores.
Desde el ángulo de gobierno corporativo, la gestión de un conflicto debiese abordarse por un mecanismo de resolución de controversias no confrontativo, que tienda a preservar las relaciones, enmarcado en un proceso de dialogo, como es la mediación.
Estas controversias -en y con la organización- tienen el potencial de afectar profundamente a la empresa y a su viabilidad permanente, pudiendo llegar a poner en riesgo la esencia del propósito empresarial, la reputación, los valores corporativos y a las relaciones con los inversores, los clientes, los colaboradores y demás stakeholders. Es por eso por lo que reconocer y valorar a quienes ejercitan de manera constante el diálogo en organizaciones con gobernabilidad efectiva es responsabilidad de todos.