Vivimos en un país que se ha preciado de defender la libertad propia y de sus ciudadanos. Desde ser uno de los pioneros en abolir la esclavitud, hasta los tiempos presentes, en que una carta magna readecuada por 30 años de gobiernos democráticos, reconoce la libertad como un derecho inherente al ser humano y anterior a la existencia y superior al Estado. Nuestro pacto social reconoce nuestro derecho a la libertad y por eso lo garantiza.
En materia económica y social esta libertad se ve reflejada en garantías que se relacionan con la propiedad, pero antes, con el derecho a elegir libremente nuestro trabajo, asociarnos sin condición y ejercer cualquier actividad económica lícita.
Corren nuevos vientos en nuestra patria. Más allá de proyectos y reformas específicas hay graves evidencias de ideologización en temas económicos con tendencia al control estatal, a la intervención, en fin, a la restricción de nuestra libertad. El Estado, los políticos, quieren más, se encuentran ávidos de cortar nuestras alas y limitarnos al espacio que nos quieran otorgar.
Los casos que pueden identificarse con escándalos económicos, abusos, fraudes y otros ilícitos, son muy menores si uno atiende al universo de los negocios que se realizan en nuestra sociedad. Esos casos deben ser sancionados conforme a la ley, ejemplarmente, y no son justificación para restringir la libertad a los demás ciudadanos que son gente honesta. Esa es solo una disculpa ideológica para justificar la intervención. Si no queremos más escándalos o consideramos que estos no son castigados en forma adecuada, no atentemos contra la libertad, sino persigamos más eficientemente y en forma más drástica a los infractores.
Es indispensable el respeto de la libertad económica, garantizar la independencia de las autoridades administrativas que se relacionan con los particulares, no confundir la regulación con intervención y garantizar en todo caso el control sobre autoridades por los tribunales de justicia.
Defendamos la libertad en nuestro querido país, no dejemos que ideologías estatistas de uno u otro lado del espectro político nos amedrenten, entonemos con orgullo nuestro himno patrio y a vos en cuello gritar "que o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión".