La rapiña petrolera venezolana
José Noguera Doctor en Economía, profesor titular Usach
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José Noguera
Si existe un nombre que resume lo podrido de la dictadura venezolana, ese es el del ahora exministro del Petróleo, Tarek El Alsaimi, quien ha estado vinculado al chavismo desde su época de estudiante. En 2003, un reportaje de US News afirmaba que El Alsaimi les habría otorgado miles de pasaportes a personas provenientes de países que fomentan el terrorismo como Colombia, Siria, Paquistán y miembros del grupo terrorista Hezbolláh.
Como gobernador de Aragua, trajo a la compañía iraní Qods Aviation a Venezuela, a pesar de estar sancionada por la resolución 1747 de la ONU de 2007, y presidió la fuerza policial más violenta del país. Durante su gestión, la violencia en Aragua aumentó hasta 142 asesinatos por 100 mil habitantes en 2016.
“Según la fiscalía, de US$ 25 mil millones en exportaciones de petróleo en los últimos dos años, la estatal PDVSA ha recibido cuatro mil millones, es decir, el 16%”.
En 2008, como ministro del Interior, expulsó a la DEA de Venezuela, facilitando las actividades del narcotráfico en Venezuela. En febrero de 2017, el Tesoro de EEUU acusó a El Alsaimi de facilitar el envío de drogas de Venezuela a México y los EEUU, y le congeló decenas de millones de dólares en activos financieros. La justicia estadounidense lo incluye en la lista de los 10 fugitivos más buscados y ofrece 10 millones de dólares por su captura.
Este año el gobierno venezolano arrestó a decenas de funcionarios públicos vinculados a El Alsaimi por corrupción, y es que él tenía una gran responsabilidad: evadir las sanciones internacionales y conseguir financiamiento para el régimen venezolano. Como vínculo entre Irán, Rusia y Venezuela, organizó la explotación de oro del Arco Minero en el Amazonas, destruyendo indiscriminadamente uno de los equilibrios ecológicos más frágiles del mundo.
Nombrado ministro del Petróleo en abril de 2020, El Alsaimi también dirigía las operaciones petroleras de Venezuela en el mercado negro. Según Reuters, de 21 mil millones de dólares en cuentas por cobrar que tiene la petrolera estatal venezolana PDVSA, las ventas impagas alcanzan 84% del valor total. En enero pasado, PDVSA congeló todos los contratos.
Según la fiscalía, de 25 mil millones de dólares en exportaciones de petróleo en los últimos dos años, PDVSA ha recibido cuatro mil millones, es decir, el 16% de las exportaciones, y hay unos 3.600 millones irrecuperables por barcos que abandonaron el país con mercancía impaga, incluyendo un saldo que Irán debe pagar por contratos de intercambio de petróleo entre ambos países. Los buques petroleros que salían de los puertos venezolanos, una vez en aguas internacionales, cambiaban de bandera, y al llegar a su puerto de destino, se robaban el petróleo o algún oscuro intermediario se quedaba con el dinero.
¿Está atravesando la dictadura venezolana por una crisis de honestidad al pedir la renuncia de El Alsaimi? La respuesta es que no. Algunos analistas afirman que se trata de una pugna de poder y otros que la dictadura quiere entregar la cabeza del exministro a los EEUU, pero todo parece indicar que, más bien, la trama pertenece a una disputa en la que la mafia de El Alsaimi se está quedando con un porcentaje de la rapiña mayor que el que le toca, en perjuicio de la mafia de Nicolás Maduro.