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Columnistas

La otra reforma tributaria

Algunos políticos quieren una reforma tributaria en Chile para que...

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 6 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.

Algunos políticos quieren una reforma tributaria en Chile para que se aumenten los impuestos. Incluso, ciertos dirigentes estudiantiles lo piden, aún cuando el primer gobierno de centro-derecha en 20 años los aumentó.



Frente a esto, es necesario promover otra reforma tributaria, “políticamente incorrecta”, que consiste en disminuir o bien eliminar una buena cantidad de impuestos. Se trata de un punto controvertido, porque se suele afirmar, por algunos, que Chile tiene bajos impuestos. No obstante, según la OCDE (2010), Chile es el cuarto país de dicha organización que más recauda por impuestos a las empresas -un 5,6% del PIB-.

La idea de fondo es que no debemos olvidar que son las personas las que operan como motor del crecimiento y las empresas las que generan empleo. Los impuestos son necesarios, pero como dice Gary Becker, Premio Nobel de Economía, si se aumentan desmedidamente los tributos son los trabajadores los que los están pagando al recibir sueldos inferiores. La idea de “tributar como país rico para ser rico” no deja de ser una falacia.

Dentro de las medidas que propongo estarían las siguientes: eliminar el impuesto de timbres y estampillas llevándolo a 0. Eliminar también el impuesto específico a los combustibles, que es un gravamen a la clase media y a múltiples actividades laborales (y que ha significado en Chile uno de los precios de la bencina más altos del mundo). Eliminar el impuesto a la herencia, que grava dineros ya tributados, que es de baja recaudación, y que a veces implica la venta de lo heredado para poder pagarlo. Al mismo tiempo, sería un gran acierto rebajar las contribuciones; se trata de un impuesto que grava el patrimonio y no refleja los verdaderos ingresos. Así quien usa los ahorros de toda su vida para comprar una casa, debe pagar un “arriendo” al Estado, aún cuando no tenga ingresos.

Por otro lado, es necesario también bajar los tramos del impuesto a las personas, y hacerlo equivalente, por ejemplo, al impuesto de primera categoría. En lo relativo al IVA, también podría pensarse en reducir su porcentaje. Esta es la verdadera “reforma tributaria” que Chile necesita, fomentando el crecimiento económico, y haciendo que el dinero esté en manos de las personas más que en el Estado. Apoyar el emprendimiento y la iniciativa privada es condición y garantía del desarrollo, y no deberíamos tener complejos en decirlo.

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