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Alto contrasteEsta columna, que hace ya tiempo tengo el privilegio de compartir en estas páginas, será la última que escribo. Agradezco al diario y a los lectores la oportunidad que me han brindado. La responsabilidad al haber asumido como presidente del Consejo Directivo del Servel me lleva a autoimponerme una absoluta prescindencia de cualquier comentario que interfiera el quehacer en una función donde brindar confianza a todos lo hace necesario. El tema que desarrollaré se vincula a dar una mirada de las razones que a mi juicio hace que los procesos electorales sean importantes para la imagen del país en el concierto internacional.
Al analizar la cobertura, rating, medios de prensa que se despliegan en los medios de comunicación social se llegará a la conclusión que son las elecciones temas que, independiente de su carácter y donde se desarrollen, alcanzan los niveles más altos con respecto a otro tipo de noticias. A vía de ejemplo se puede observar hoy mismo que las elecciones que se desarrollan en el Vaticano concitan la atención mundial con un despliegue impresionante de periodistas y medios y con horarios que a toda hora hacen aparecer noticias en televisión, radio, diarios y oros medios. Terminada la difusión de los funerales del Presidente Chávez Venezuela sigue siendo epicentro de atención dados los comicios próximos a realizarse.
Es así como los procesos electorales son una indicación que permite a tomadores de decisión definir escenarios e identificar el signo de los nuevos tiempos que en todo país, institución o empresa siempre estará muy marcado por el perfil de quien lidera la conducción superior y los planes que esa persona postula en el proceso que lo lleva a ganar en un proceso donde resulte electo o seleccionado. De allí que los procesos electorales son para un país una exposición clara de su realidad constituyéndose en la mejor radiografía que da a actores externos incluso muy lejanos señales de los problemas y fortalezas que una sociedad refleja.
En Chile los procesos electorales que hemos conocido han sido para el mundo una clara señal de fortaleza institucional, certeza en las normas, respeto de la voluntad ciudadana, diálogo entre sectores antagónicos y explicitación de las ideas y programas de todos aquellos que participan como candidatos especialmente cuando se trata de las elecciones presidenciales. Así nuestro país ha encontrado en estos eventos una ocasión más para ganarse el respeto de otros países y de aquellos que en ámbitos políticos, económicos o de otros sectores interactúan con nosotros
Vivimos un año cargado de elecciones desde la inédita primaria y posiblemente la novedosa elección por primera vez de los consejeros regionales hasta las tradicionales de presidente de la República, senadores y diputados. Pareciera bueno para nuestra imagen país que diferentes sectores asumamos nuestras responsabilidades a fin de potenciar la idea de un Chile confiable que marcha con paso firme hacia el desarrollo y enfrenta sus problemas con voluntad en el marco del respeto a la institucionalidad. Cualquier señal en los procesos electorales que distorsione esa figura poco contribuirá a seguir avanzando.
Desde esa perspectiva el Servicio Electoral tiene el desafío de organizar elecciones todo lo bueno que sea posible dando solución a distorsiones y problemas detectados en las Municipales para lo cual ya se ha enviado por el Ejecutivo al Congreso un proyecto de ley que propone medidas concretas orientadas a tal fin.
Sin embargo hay espacios para el aporte de todos. Pienso que es el momento para que los chilenos utilicemos los nuevos espacios que las nuevas leyes brindan a la sociedad para empoderase a través de la participación de la ciudadanía en las elecciones. Partidos y candidatos convocantes con proyectos y formas de incorporar a mucha gente que sienta que sus ideas son consideradas siempre le hará bien a la democracia. Será fundamental que los ciudadanos venzan la apatía y se comprometan a participar. Altos niveles de concurrencia a los eventos electorales resultan vitales en un sistema que a todos convoca.
La mesa está servida para un año electoral rico en agenda en el marco de cambios propiciados por el Ejecutivo y Legislativo los cuales persiguen ampliar la democracia y fortalecer las Instituciones. La forma como actuemos en los distintos procesos irradiará al mundo una imagen de Chile cuyas señales serán importantes para todos quienes con nuestro país estén vinculados o deseen relacionarse. Asumamos que todos podemos aportar para que las elecciones den claras señales de un país en el cual se puede confiar al estar comprometido en la construcción de su futuro en el marco de un mundo armónico, integrado y pacífico.
