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Columnistas

Juego on-line

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 17 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.

A mediados de agosto, el gobierno británico anunció que a partir de diciembre de 2014 el juego on-line será gravado con un 15% de acuerdo al lugar donde se encuentran los clientes, en vez de donde está ubicado el operador que ofrece los servicios de juego on-line. La idea del gobierno británico es igualar las condiciones impositivas entre los operadores off-shore, que operan a veces desde paraísos fiscales, con los operadores registrados en el Reino Unido.

Muchos países han optado por la regulación del sector, entre los que destacan además de Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Dinamarca y España. Mientras tanto Grecia, Suecia, Noruega, Holanda, Portugal, entre otros, están en proceso de legislar para legalizar los juegos de azar on-line, que actualmente están prohibidos en estos territorios.

Algunas estimaciones de analistas europeos indican que el mercado mundial del juego on-line ha pasado de tener una presencia casi inexistente en el año 2000 a superar los 24.000 millones de euros en facturación a nivel mundial en 2011 con una tendencia a largo plazo en la que se proyecta que los ingresos brutos del juego on-line adquieren una mayor participación en los ingresos globales de juego.

En este nuevo contexto, Europa se ha convertido en el mayor mercado a nivel mundial para las apuestas on-line alcanzando ingresos brutos por 10.800 millones de euros en el 2011, alrededor del 45% de lo que genera esta industria anualmente en todo el mundo. Sin embargo, a nivel de países, Estados Unidos -a pesar del establecimiento de un status de cuasi-prohibición total sobre el juego on-line- lidera la industria mundial con una cuota de mercado cercana al 17,2%.

El panorama del juego on-line en Europa y Estados Unidos dista bastante de la realidad de América Latina, y en particular de Chile donde el juego de azar simplemente no está permitido y de hecho, su explotación está expresamente prohibida en la Ley de Casinos.

Es difícil imaginarse que esta prohibición pueda ser fiscalizada con éxito en tanto las tecnologías de información, el marketing virtual y la realidad de la oferta de juego on-line en el mundo tienden permanentemente a sobrepasar las realidades normativas y jurídicas de todos aquellos países que han restringido este tipo de juego.

Probablemente ha llegado la hora de pensar en un nuevo status jurídico para el juego on-line que por un lado, permita el desarrollo de una buena oferta de esta modalidad de juego y por el otro, ayude a preservar valores permanentes como el que se honre y proteja la confianza y privacidad de los jugadores, se proteja a los menores de edad respecto de su enfrentamiento con el juego, se desarrollen adecuada y justamente los juegos que fueron autorizados, se protejan intereses de Estado relacionados con el pago de impuestos y la prevención del lavado de activos y que además, se establezcan sistemas de pagos de apuestas y premios seguros y confiables, junto con el desarrollo de un marketing responsable de parte de los operadores.

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