José Manuel Silva

Crónica de un año positivo

José Manuel Silva Director de inversiones de LarrainVial Asset Management

Por: José Manuel Silva | Publicado: Viernes 29 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Este ha sido un buen año para la economía global. Un año fuertemente marcado por sorpresas positivas que ayudaron a que los activos de riesgo mostraran excelentes retornos. Partimos con la sorprendente victoria de Trump y su difícil puesta en marcha. Paradójicamente, los mercados bursátiles celebraron este polémico triunfo ante la expectativa de menores regulaciones e impuestos.

A pesar de tener una de las peores imágenes de prensa y de fuertes altibajos, Trump le ha entregado al mercado lo que éste soñaba: menores regulaciones, menores impuestos y hasta ahora poco proteccionismo, ello sumado a haber cumplido con buenas designaciones en la corte suprema y en la Fed. Las utilidades corporativas han seguido aumentando, de la mano de una economía que fue de menos a más y al final la bolsa norteamericana rentó un sorprendente 10% en dólares, con varios sectores superando el 20.

Seguimos el año con la creciente y sorpresiva constatación que la economía global se sincronizaba por primera vez desde la crisis de 2007. Primero, porque Europa iba de sorpresa tras sorpresa (a pesar del Brexit, Cataluña y otros vaivenes políticos) y Alemania volvía a ser una locomotora que exportaba como nadie pero también encendía su reticente consumo interno.

Francia, a su vez, elegía a un sorprendente Macron que promete iniciar las primeras reformas pro mercado en años. Segundo, porque Japón comenzó a crecer con constancia y sus empresas a mostrar buenos resultados. Con todo ello las bolsas japonesa y europea subieron casi un 25%.

Y en tercer lugar, la economía China una vez más desafió a los agoreros de su caída con un mayor crecimiento que lo esperado, impulsado por un dinámico sector inmobiliario y un pujante consumo interno. Esto permitió un rebote en numerosas materias primas, lo que ayudó al alza de los mercados emergentes (+35%), en especial los asiáticos, que se entonaron al ver la potencia en la demanda de su principal comprador. El escenario “ricitos de oro” se condimentó con el auge de India (+38,1%), impulsada por las reformas del primer ministro Modi, y sobre todo por una inflación mundial bajísima que permitió a los bancos centrales del mundo desarrollado mantener tasas bajas y a numerosos centrales del mundo en desarrollo a bajarlas.

El 2017 también fue marcado por la no menos sorprendente caída del retail tradicional en EEUU, golpeado por esa máquina de ventas online en la que se ha transformado Amazon. A ello se sumó la caída de la industria de malls en EEUU, muchos de los cuales se vacían al ir cerrando las tiendas tradicionales. Es así como la acción de JC Penney ha caído más de 60% en el año, la de Macy’s un 28%, la de Target un 10%. Mientras Amazon subía casi un 60% y su capitalización de mercado superaba los US$ 500 mil millones (bastante más que toda la bolsa chilena sumada o casi 3 veces el sistema de AFPs).

En definitiva, ha sido un año en donde la fuerza disruptiva de la tecnología, catapultada por la “destrucción creativa” del sistema de mercado, ha marcado la diferencia entre ganadores (Amazon, Netflix, Google, Facebook, Tesla) y perdedores. A ello se suma la gran preocupación por la irrupción de la inteligencia artificial, el big data y la robótica, que estarían bifurcando el mercado laboral entre los que diseñan en California y los que compiten con China. A pesar de lo anterior (o quizás por lo anterior), el mercado laboral norteamericano ha creado decenas de millones de empleos en los últimos años y la tasa de desempleo se acerca al 4%. La gran duda es por qué los salarios no suben más: la respuesta, globalización más tecnología.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar los buenos augurios que nacen de la reciente victoria de una coalición pro mercado en Chile, la que unida al buen desempeño de Argentina, convierte al cono sur en un imán para captar las nuevas oportunidades que surgen de esta economía global en expansión. Así, el 2018 nace bajo una buena estrella. Como siempre hay nubes en el horizonte (tasas al alza en EEUU, riesgos geopolíticos), pero no cabe duda que enfrentamos uno de los mejores escenarios post crisis financiera y si Chile lo aprovecha es posible proyectar varios años de buen crecimiento. La bolsa ya lo anticipó.

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