Reforma del INE: autonomía y excelencia estadística
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Jorge Hermann
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha realizado un notable esfuerzo para mejorar y ampliar la información estadística. Pero, su calidad esta aún lejos de ser satisfactoria. En el pasado, diversos productos estadísticos fueron cuestionados tales como el Censo 2012, índice de precios del vestuario y aplicación de la nueva encuesta de empleo. En la actualidad, la controversia se refiere al aumento del empleo en un 1,6%, mientras que el índice de puestos de trabajo decrece un 0,4%, lo que aún no ha sido dilucidado técnicamente por la institución.
Dada la fragilidad del INE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó en el 2013, que era necesario fortalecer el marco institucional del Sistema Estadístico con un mayor financiamiento y dotación del personal, para asegurar las mejores prácticas metodologías.
Conforme a esto, el Gobierno del ex-Presidente Piñera elaboró una reforma cuyo objetivo era modernizar la Institucionalidad Estadística en el 2012, la cual fue desdeñada por la actual administración, quién ingreso una iniciativa legislativa similar al Congreso en octubre pasado.
Los aspectos a destacar de la reforma son: i) coordinación activa del Sistema Estadístico Nacional con el sector público (dictar instrucciones de carácter general, solicitud de información, asesoría técnica, rol custodio de datos, etc.); ii) actualización del concepto de secreto estadístico y penalización de su violación; iii) reforzamiento del acceso de datos administrativos del estado; iv) facilitación del acceso a información para investigadores; v) incorporación de medición oficial de la pobreza; vi) mejoramiento del procedimiento sancionatorio; y vii) permitir un mayor gasto por US$ 4,5 millones (45 nuevos funcionarios y mejora salarial actual dotación).
Sin embargo, el gobierno corporativo propuesto es un avance a medias con un Consejo independiente de cinco miembros elegidos por el Presidente de la República, ratificados por el Senado, que se relaciona con el gobierno a través del Ministerio de Economía. El Consejo será responsable de la dirección técnica de la institución, vigilando la calidad y transparencia estadística. Además, propondrán un Director Ejecutivo, que será elegido por el Gobierno, quién estará a cargo de la administración y ejecución de las directrices técnicas.
Por lo que, la reforma debe ser perfeccionada creando una corporación autónoma de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio, no solo independiente, y que el Consejo nombre al director ejecutivo. El mayor poder y responsabilidad que entrega la reforma deben ir acompañadas de una autonomía completa del poder político, lo que fue estipulado por el gobierno anterior y que ocurre en el caso de España y México.
En síntesis, la reforma del INE es un avance que robustece el Sistema Estadístico, que con el fin de asegurar la transparencia y exclusión del poder político, requiere de una institución autónoma e independiente en el futuro.