Reforma a la reforma del Sernac: ¿eso es lo que se quiere?
Jorge Hermann Director Hermann Consultores
- T+
- T-
Jorge Hermann
Jorge Hermann
La reforma del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) tiene una probabilidad alta de seguir los mismos errores de la reforma tributaria. En base a un diagnóstico impreciso se genera una solución con vicios técnicos, que requiere una reforma a la reforma para enmendar las falencias que obtusamente no fueron modificados desde un principio. Nadie discute que se deba fortalecer la protección de los derechos de los consumidores debido a las asimetrías de información en los mercados.
Hoy la sociedad está más empoderada que en el pasado, provocando que las empresas sean más cuidadosas en su relación con el consumidor. Los reclamos respondidos satisfactoriamente por las empresas –primera instancia- han aumentado, mientras que los reclamos en el Sernac -segunda instancia- han disminuido en el último tiempo. Prueba de ello, es que los reclamos en el Sernac descienden desde 324 mil a 286 mil entre el 2012 y 2014, fenómeno que se da a medida que crecen las transacciones comerciales por el crecimiento económico.
No obstante, la propuesta del gobierno es desproporcionada para la realidad del problema con atribuciones para fiscalizar, multar, interpretar la ley, dictar instrucciones normativas y reemplazar a los Juzgados de Policía Local más un incremento desmedido en multas y presupuesto. Por ende, algunos aspectos a mejorar son:
Primero, revisar el diseño institucional del Sernac para fortalecer su autonomía, incorporando un Consejo Directivo que asegure la calidad técnica e independencia de la autoridad de turno. Segundo, fortalecer los Juzgados de Policía Local que llevan veinte años abocados al tema y potenciar a la Corporación de Asistencia Judicial para ayudar a los consumidores vulnerables, mejorando sus presupuestos. Tercero, en una demanda colectiva la empresa podría pagar una multa por hasta el 30% de las ventas o el doble del beneficio económico percibido durante el período de infracción, desnaturalizando la fiscalización. Las multas deben ser revisadas para que sean coherentes y proporcionales para inhibir cometer ilegalidades y no arriesgar la viabilidad económica de la empresa. Cuarto, considerar un tratamiento especial para las Pymes con multas inferiores a las grandes empresas e implementar un esquema de sustitución de multas por capacitación con una regulación más orientadora y menos punitiva como en el Estatuto Pyme.
Por último, el presupuesto aumenta inverosímilmente en 3,5 veces desde 9,8 a 34,4 mil millones entre el 2015 y la aplicación de la reforma. El Ministerio de Hacienda debe revisar dicho monto porque los menores ingresos fiscales por cobre y actividad económica, provocarán una priorización del gasto público en lo que resta de gobierno.
Concluyendo, por el momento la reforma del Sernac sigue el mismo camino de su símil tributario, que frente a la tozudez del gobierno, se terminará con una reforma a la reforma del Sernac. Sin embargo, aún quedan pocas etapas legislativas en el Congreso para enmendar por el rumbo de la prudencia.