Las reformas microeconómicas y el trienio de plomo económico

Jorge Hermann

Después de dos años de gobierno, el letargo de la economía es evidente. Los efectos nocivos de la desaceleración del mundo emergente y la vorágine reformista de la Nueva Mayoría han entorpecido el manejo económico del Gobierno.

El actual trienio de plomo económico con un crecimiento del 1,8% promedio entre el 2014 y 2016, no se había dado nunca antes desde 1960, excluyendo las recesiones de 1973 y 1982. La situación económica no es grata para nadie y, es por ello, que el Ministerio de Hacienda divulgó 22 medidas para revitalizar la economía la semana pasada. A esta altura del partido, cualquier medida económica, por más mínima que sea, es bienvenida.

Dentro de las medidas destacan: i) priorizar el proyecto de ley de firma electrónica, que permitirá utilizarla en pagarés, compra de vehículos, poderes, declaraciones juradas, entre otros y ii) disminuir la burocracia en la exportación de servicios, que representa un 14% de las exportaciones totales.

Otras medidas que resaltan son: iii) establecer un plazo máximo de acuse de recibo de la factura, lo que permite que la cobranza sea más efectiva y se reduzca la discrecionalidad de pago del comprador; iv) Proyecto de Ley de garantías mobiliarias con un sistema de archivo público; y v) una nueva línea de crédito Corfo para intermediarios financieros no bancarios, ya que el número de garantías entregadas cayó un -3,6% en el 2015.

Sin embargo, todavía faltan muchas medidas adicionales para una reforma microeconómica, que saque a Chile del trienio de plomo.

El impulso del emprendimiento necesita una ventanilla única para simplificar y agilizar trámites de zonificación, sanitarios, de obras y patente comercial con un fondo de modernización municipal. Además, hay que crear incentivos tributarios para que un cierto monto de la inversión privada en empresas pequeñas sea un crédito tributario contra el pago del impuesto personal del inversionista; y eximir al emprendedor de pagar el impuesto a la empresa e IVA en su primer año de funcionamiento. Por último, se debe priorizar la reforma a la propiedad intelectual en el Congreso.

En materia laboral, falta mejorar el sistema de capacitación del Sence que es ineficaz y no se dirige a quienes lo necesitan a través de una nueva institucionalidad sobre Consejos de Competencia Laborales, que identifiquen los perfiles profesionales y propongan los programas de formación pertinentes. Además, se debe avanzar en los proyectos de ley sobre adaptabilidad pactada de jornadas laborales en el sector turismo y agrícola, teletrabajo, jornada laboral especial para jóvenes y sala cuna para trabajadoras sin importar el tamaño de la empresa, entre otros.

Por lo tanto, el equipo económico del gobierno necesita coraje para enfrentar a quienes dentro de la Nueva Mayoría buscan nuevas reformas y determinación para gestionar medidas económicas relevantes para salir del trienio de plomo. El éxito sólo se alcanzará cuando la libertad de emprender vuelva al sitial que se merece.