Flexibilidad laboral y no sólo mejores pensiones para el adulto mayor
Jorge Hermann Director, Hermann Consultores
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Jorge Hermann
En vista del clamor popular, la postergada reforma al sistema de pensiones acaparó la agenda política en las últimas semanas. El diagnóstico es evidente, un 71% de los jubilados señala que la pensión no alcanza para satisfacer sus necesidades según la encuesta sobre Percepción del Sistema de Pensiones 2014.
El debate de propuestas se ha circunscrito en aumentar la tasa de cotización y la edad de jubilar, obligar a los independientes a cotizar, crear una AFP estatal y modificar el cobro de comisiones entre otros. En especial, el carácter colectivo sobre la mayor cotización, que algunos ministros instigan dentro del gobierno, no es más que un impuesto sobre el trabajo en el mediano plazo.
Sin embargo, poco o nada se ha debatido sobre la necesidad de una mayor flexibilidad laboral en la contratación de los adultos mayores, lo que debe ser incorporado en la reforma de pensiones como una medida de corto plazo. Los adultos mayores aportan experiencia y madurez para ser mentores dentro de la empresa, lo cual puede mejorar el clima organizacional y la eficiencia productiva.
Las principales dificultades que enfrentan los adultos mayores para mantener sus puestos de trabajo son las percepciones negativas acerca de las capacidades para adaptarse a los cambios tecnológicos y organizacionales, los salarios tienden a crecer más que la productividad con la edad y el ajuste del empleo se hace en los grupos de trabajadores de mayor edad cuando las normas sobre el empleo son más rígidas.
Por lo que, una mejora integral del mercado laboral del adulto mayor consiste en facilitar el trabajo part-time, permitir jornadas laborales discontinuas y mensuales para distribuir los días de trabajo de acuerdo a sus necesidades personales, incentivar el teletrabajo, aumentar la inversión en capacitación en la mitad de la carrera laboral y fortalecer las agencias de empleo para adultos mayores.
Además, la encuesta Casen 2013 muestra que la tasa de ocupación de los adultos mayores es un 17,8% versus un 53,3% en el total de trabajadores. Dentro del empleo, el 53% de los adultos mayores son emprendedores versus el 21% del total; y un 35% de los adultos mayores son asalariados del sector privado versus el 63% del total. Entonces, el adulto mayor que trabaja busca emprender un nuevo negocio, por lo cual es importante crear programas de fomento productivo especiales dentro del Estado y, a su vez, incentivar su contratación evitando que pierdan los beneficios sociales del Pilar Solidario.
Concluyendo, la postergada reforma es una realidad donde no sólo es necesario mejorar las pensiones, sino que también se requiere una flexibilidad laboral para el adulto mayor en el corto plazo. El diagnóstico del problema es claro para todos y la solución del gobierno aún debe ser debatida para lograr un consenso sobre la materia, porque lo que no se puede volver a repetir son los errores técnicos cometidos en las reformas tributaria y laboral pasadas.