Empresas tecnológicas: un dolor de cabeza para los gobiernosL
Jorge Hermann Director, Hermann Consultores
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Jorge Hermann
La innovación es la esencia de una economía dinámica y competitiva, pero genera inconvenientes a los gobiernos cuando éstos tratan de seguir el ritmo vertiginoso de la evolución de los negocios estimulado por la innovación disruptiva de empresas tecnológicas.
La innovación disruptiva provoca nuevos o mejores productos y servicios que redefinen el mercado con un menor precio para los consumidores, la cual se diferencia de la innovación incremental que sólo crea valor sobre un producto existente por medio de nuevas mejoras. Por ejemplo, la evolución del formato reproductor de videos desde el VHS al DVD es una innovación incremental, mientras que el traspaso desde el formato DVD a Netflix es una innovación disruptiva.
Actualmente, las plataformas tecnológicas tales como Uber y Cabify (transporte), Airbnb (alojamiento), Netflix (reproducción de películas), Alibaba (comercio) y Cumplo (servicios financieros) son innovaciones disruptivas que no encajan adecuadamente dentro de los marcos regulatorios existentes, y por lo tanto, implican un reto para los gobiernos a nivel mundial.
Las plataformas desarrollan el concepto de “efectos de red”, que mientras más grande sea la cantidad de un tipo de cliente, más atractivo será el servicio para el otro, y así viceversa. Por ejemplo, los dos tipos de clientes que se reúnen en la plataforma tecnológica Uber son pasajeros y conductores, en Airbnb son huéspedes y alojamiento, en Netflix son televidentes y productoras de películas más series de televisión, en Alibaba son compradores y comercio, y en Cumplo son pequeñas empresas e inversionistas.
Comúnmente, a medida que los nuevos emprendimientos disruptores empiezan a ganar segmentos de mercado, las empresas establecidas solicitan que las regulaciones se apliquen a todos por igual, lo que podría tener considerables consecuencias sobre la capacidad de las innovaciones disruptivas de beneficiar a los consumidores.
Además, la innovación disruptiva plantea desafíos en relación a que la definición del mercado cambia rápidamente y tiene límites difusos, junto con que el concepto de mercado en dos partes, que aflora por las plataformas tecnológicas, requiere considerar los efectos indirectos de las acciones de un lado por sobre el otro, es decir no se puede tratar simplemente a cada parte como un mercado distinto. Por ello, los gobiernos se enfrentan al reto de buscar el equilibrio entre la justicia, la protección del consumidor, la promoción de la competencia y cualquier otro objetivo que sus regulaciones pretendan alcanzar.
Concluyendo, la innovación disruptiva está recién despertando. Los desafíos que genera a la política pública deben ser abordados por los gobiernos en presencia de fallas de mercado y con una intervención basada en principios de necesidad y proporcionalidad, que tomen en cuenta el dinamismo económico que provoca el desarrollo tecnológico innovador en la sociedad.