Gobiernos corporativos:Los desafíosque vienen

El 2015 estuvo marcado por escándalos empresariales. La colusión del papel tissue o la crisis del grupo Volkswagen, generaron graves daños en la reputación de ambas empresas y acentuaron la desconfianza que existe hacia el sector empresarial. Según la encuesta Cadem de diciembre del 2015 la confianza en los empresarios cayó 10 puntos porcentuales de 51 a 41%, un hecho que demuestra cómo los últimos casos han afectado la percepción de los chilenos al mundo empresarial.

Al ver esto, es imposible no pensar en las medidas que las empresas toman para evitar dichas situaciones. Los últimos acontecimientos nos han enseñado que no basta parecer, sino también hay que ser intachable, en post de resguardar la reputación de la empresa, sus colaboradores, proveedores, clientes y comunidad. Son los gobiernos corporativos liderados por empresarios comprometidos, los llamados a resguardar el comportamiento de una organización. Para eso es fundamental entender que este conjunto de principios y normas que regulan el diseño, integración y funcionamiento de los órganos de la empresa, tienen un papel crucial para liderar este nuevo desafío y dar un vuelco a este mal momento.

Uno de los primeros pasos es complementar los actuales reportes de gestión agregando las distintas opiniones de los stakeholders para medir el nivel de alineación entre lo que la empresa dice hacer y reporta al mercado, con lo que realmente está sucediendo. El caso Petrobras es un ejemplo de lo anterior, pues siendo una empresa que usa herramientas tradicionales de reporte, comunica buenos informes de sustentabilidad y que es miembro del Instituto Brasilero de Gobierno Corporativo, estuvo involucrada en uno de los escándalos más emblemáticos de América Latina. ¿Qué falló? Faltó incluir un reporte de terceros que complementen los tradicionales informes de sustentabilidad - reporte de gestión - de la empresa.

Una vez que se obtenga la información hay que tomar decisiones importantes que demuestren que las empresas quieren hacer un cambio en su forma y fondo para que sus públicos de interés recobren la confianza en ellos. El desafío es duro, pero se ve como la única forma de recuperar una credibilidad cuestionada por los últimos episodios. Es vital que los gobiernos corporativos tomen las riendas, dejen de reaccionar ante escándalos noticiosos, y sean los propulsores de resguardar no sólo los resultados económicos, sino también su relación con la sociedad y todo el entorno que los rodea y evalúa constantemente.