Gestión integrada de recursos hídricos
El anuncio de una planta desaladora en Coquimbo está en línea con las acciones identificadas en el plan para la cuenca del Río Elqui. Pero debe ser complementada con medidas como infiltración de acuíferos, reúso de aguas residuales, mejoramiento de embalses, mejora en la red hidrométrica y otras”.
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Alejandra Stehr
Durante enero en la Región de Coquimbo, el presidente Boric anunció la construcción en el sector de El Panul, en Coquimbo, de una planta desaladora (con múltiples usos) por parte del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Lo anterior, considerando la recientemente aprobada ley que faculta a esa cartera desarrollar proyectos de infraestructura hídrica y de desalinización considerando la función de subsistencia y riego.
Pero nos preguntamos cómo esta nueva planta encaja en la solución integral al problema de escasez que se vive actualmente en el país y sobre todo en la zona norte. ¿Es la única iniciativa que se debe llevar a cabo? La respuesta es no.
La Gestión Integrada de Recursos Hídricos, la cual de manera muy sencilla se puede definir como el proceso participativo de formular y aplicar en una cuenca un conjunto integrado de acciones tendientes a orientar su sistema social, económico y natural. De esta manera, se pueden aprovechar, proteger y conservar los recursos naturales, teniendo como fin la conservación y/o el mejoramiento de la calidad medio ambiental y los sistemas ecológicos, y como última finalidad la seguridad hídrica del territorio.
Si bien en Chile no contamos con este concepto en nuestro marco regulatorio, desde 2023 podemos avanzar un poco en ese sentido con lo estipulado en la Ley Marco de Cambio Climático (Artículo 13), así como en el Código de Aguas (en su Artículo 293 bis; ley espejo), donde se establece la obligatoriedad de la generación Planes Estratégicos de Recursos Hídricos en Cuencas.
Estos tienen como objetivo principal resguardar la seguridad hídrica, contribuyendo con la gestión hídrica y proponiendo un conjunto de acciones para enfrentar los efectos del cambio climático sobre el recurso hídrico, entre otros. Todas las medidas que se establecen en estos planes se generan considerando la participación de la ciudadanía y son un documento clave para dirigir los esfuerzos del Estado, el que debe ser revisado y actualizado de manera periódica.
En este sentido, la planta desaladora que se propone instalar está en línea con las acciones identificadas en el plan actualmente existente para la cuenca del Río Elqui (pero no priorizada), y debe ser complementada con otras acciones. Como, por ejemplo, infiltración de acuíferos, implementación de sistemas de reúso de aguas residuales, mejoramiento de embalses, mejora en la red hidrométrica y de calidad de aguas, entre otros.
Lo más importante a considerar, al decidir la localización y el tipo de infraestructura hídrica a construir (verde o gris), ya sea en la cuenca del Río Elqui u otra, es que el diseño de todas estas nuevas soluciones debe considerar usos múltiples del agua, por ejemplo, un nuevo embalse debe proveer al menos agua para consumo humano y agua para riego.
Alejandra Stehr
Académica U. de Concepción, consejera Consejo de Políticas de Infraestructura