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Columnistas

Generar valor para todos

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 19 de marzo de 2014 a las 05:00 hrs.

La idea de normar el aporte de grandes proyectos a comunidades aún no llega a puerto, a pesar de que es un tema que ha estado en discusión hace algunos años ¿La razón? La imposibilidad de consensuar un mecanismo para fijar estas contribuciones, impidiendo así el avance de esta iniciativa. Esta situación refleja el gran desafío que tenemos por delante. Y digo “tenemos”, porque no sólo es tarea de las nuevas autoridades de gobierno o de los parlamentarios avanzar en una fórmula que permita generar valor para las comunidades vecinas a los proyectos, sino que todos, la sociedad civil y los privados, debemos contribuir en ello.

Este desafío no es fácil, ya que superarlo depende de diversos factores: tenemos que reconstruir las confianzas perdidas y ser capaces de tener una mirada país, que permita avanzar en esta línea y que el desarrollo de Chile implique mayores oportunidades para todos. Y es que generar valor compartido requiere de voluntades y de acciones concretas de cada uno de los actores involucrados. Es un hecho irrefutable que cuando se desarrolla un proyecto eléctrico hay un desbalance entre los beneficios y costos. Mientras los beneficios de su operación son para todo el país, es principalmente la comunidad vecina a la iniciativa la que sufre los impactos de su construcción.

Por lo tanto, encontrar y consensuar un mecanismo que permita aportar de manera permanente a las comunidades vecinas es un paso clave que debemos dar como país. Sus retribuciones serían múltiples, contemplando entre ellas el favorecimiento de la descentralización e impulso al crecimiento de localidades, muchas veces alejadas, y garantizando su desarrollo sostenible en el tiempo.

Junto con ello, las empresas de generación eléctrica tenemos el desafío de ser cada vez más inclusivos en nuestros proyectos. Esto, porque la electricidad dejó de ser un tema técnico, en el cual unos pocos participaban, y se convirtió en una materia en la cual todos quieren opinar y hacer valer su punto de vista.

Hoy no basta con respetar la normativa medioambiental. Esta es nuestra obligación, así como también lo es el recoger las positivas experiencias de la industria que dan cuenta que ser buenos aliados no es sólo posible, sino necesario. Al mismo tiempo, debemos ir mucho más allá, incorporando y considerando el sentir de nuestros vecinos como socios estratégicos. Debemos ser capaces de responderles e informarlos de forma abierta, clara y transparente y acoger sus inquietudes respecto de los costos y beneficios que conllevan nuestros proyectos.

Sabemos que los próximos años serán decisivos para encontrar soluciones como éstas, las que se deben abordar con la urgencia que requieren, legislando con oportunidad y con una mirada de largo plazo. Sólo así aseguraremos lo que Chile necesita: una matriz eléctrica más limpia, eficiente y competitiva.

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