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Columnistas

Financiamiento educación superior: ¿bien enfocados?

Por estos días las movilizaciones estudiantiles han provocado un cambio en las prioridades del gobierno, obligando al...

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 21 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.

Por estos días las movilizaciones estudiantiles han provocado un cambio en las prioridades del gobierno, obligando al presidente a anunciar una serie de iniciativas (“GANE”), una de las cuales, propone la baja en la tasa de interés de los créditos con aval del Estado a 4% anual, de modo de evitar el potencial sobreendeudamiento que podría generar la situación actual. Pero, ¿cuáles son los factores, adicionales a la tasa de interés, que más inciden en estas deudas?


Por lejos, la duración de las carreras de educación superior, no sólo teórica, sino real es el factor que más incide en el monto final a pagar.

Al analizar datos del Sistema de Información de Educación Superior (SIES, Mineduc), se observa gran desviación de plazos reales y efectivos para las diferentes carreras. Así, un contador auditor demora 13,7 semestres en promedio versus 9,3 semestres teóricos ,o un egresado de Agronomía demora 16,5 versus 10,2 semestres o un técnico en Enfermería utiliza 6,3 versus 5 semestres, incrementando su deuda final al egresar en 48%, 62% y 26%, respectivamente. Llama la atención la desviación entre la duración esperada y real de las diferentes carreras.

Por otra parte, el valor total de una carrera de educación superior debería tener relación con el ingreso estimado (incluyendo empleabilidad) que espera obtener en su vida profesional, para asegurar una carga financiera administrable (inferior al 10%). Veamos: tomando como ejemplo a un estudiante de Agronomía que egresa en el tiempo promedio con financiamiento con aval del Estado por el 100% del arancel actual (lo cual no es así), y usando una tasa real del 6% anual, la deuda a pagar sería de $ 35 millones, con 240 cuotas mensuales de $ 251 mil y una carga financiera al 2º año del 35% (considerando ingreso líquido promedio), la que bajará a 30% y 26% en los siguientes años al aumentar el ingreso.

Los anuncios del gobierno de bajar la tasa al 4% permitirían reducir los índices anteriores a 28%, 24% y 21% para los años 2, 3 y 4, lo cual, si bien es un avance, no logra indicadores bajo el 15% o, mejor aún, el 10% que se consideran adecuados y sin considerar, además, el costo fiscal de la medida.

Así, pareciera conveniente relacionar financiamiento con aval del Estado a aquellas instituciones que acoten el período de estudios y el monto total a pagar, como una manera de asegurar una futura carga financiera manejable. Por supuesto, también será muy relevante exigir a aquellas instituciones interesadas en recibir estos alumnos y su financiamiento, información sobre empleabilidad y niveles de ingreso esperados, en base a información y/o estudios específicos.

Finalmente, será útil en esta discusión, separar los objetivos políticos (educación superior para todos) de los objetivos técnicos (educación superior para todos los estudiantes con mérito académico), de forma de proponer planes, metas y presupuestos que obedezcan a cada uno de ellos.

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