La función de compras para el 2020 habrá sufrido fuertes transformaciones, rompiendo con paradigmas actuales y enfrentando nuevos riesgos. Se requerirá nuevas capacidades, conocimientos y herramientas para abordar los nuevos desafíos y resolverlos con mayor creatividad. Todo esto cambiará la forma en como las empresas ven y gestionan sus compras y adquisiciones.
La Encuesta Global a Gerentes de Compras, realizada por Deloitte “Deloitte Global CPO Survey 2013” (Chief Procurement Officer), rescata que la función de compras tiene un buen desempeño, pero asimismo, demuestra que hay gran inquietud por su creciente impacto en el negocio. Los CPO’s o gerentes de Compras, están conformes con sus logros; cerca del 88% de los encuestados superó sus planes de ahorro, pero como contrapartida, casi dos tercios de ellos siente que su área fue sólo parcialmente eficaz en la entrega de valor a sus grupos de interés.
Los gerentes de Compras están muy conscientes de las limitaciones impuestas por las reducciones de costos que tienen que realizar en sus empresas, en un año en que la recuperación económica los hará testigo de cómo las multinacionales tendrán que reorganizar las prioridades en el desarrollo de nuevos productos y en la entrada de nuevos mercados. Un crecimiento que tendrá que ser financiado, por lo que las estrategias de gestión de costos seguirán siendo una prioridad. También es probable que la expansión signifique la necesidad de nuevos modelos de incentivo a proveedores más innovadores, logrando así que las empresas se apoyen en sus cadenas de suministros para obtener ventajas competitivas.
Los principales desafíos que deberán enfrentar los CPO´s a futuro pasarán por revisar su rol en la empresa a través de nuevos modelos de servicio que aseguren una mejor participación interna e influencia; una mayor contribución al valor de la compañía, involucrando a los equipos de compras en la agenda de gestión; ampliando la inversión en nuevas tecnologías y soluciones de análisis para obtener mejores insights de los proveedores, aportando con una visión end-to-end al cliente; mejorar la experiencia de trabajo con las áreas de compras, alineando los indicadores de desempeño con la contribución a los resultados de la empresa, más allá de la sola satisfacción del cliente. De este modo, la función de compras y adquisiciones deberá seguir adaptándose, muy posiblemente externalizando algunas actividades y evolucionando para continuar siendo relevante.