Empresas en un día y su costo
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Conforme al espíritu de la nueva Ley de Constitución de Empresas en un día, donde su objetivo principal es ayudar a emprendedores informales a tener acceso a los programas de fomento del Estado y al sector financiero; y así formalizar su empresa de forma rápida, expedita y sin costos (porque no se hace necesario la intervención de notarías, conservador de bienes raíces, etc); no cabe más que advertir que sí hay una inversión inicial, porque se hace indispensable contar con una firma electrónica avanzada, la cual se logra utilizando un dispositivo criptográfico (servicio entregado por compañías privadas y acreditadas por el Estado).
Sin embargo, esta ley también entrega la posibilidad de constituirla de manera tradicional, es decir mediante escritura ante Notario, inscripción y publicación de un extracto en el Diario Oficial de aquella.
Ahora bien, si la persona opta por la creación o formalización de una empresa con el sistema electrónico, se enfrentará con preguntas como por ejemplo, la implicancia de tener señalado un arbitraje, o la aplicación de una determinada norma societaria, por tanto, sí deberá consultar a un abogado para que lo asesore en cuanto a las cláusulas societarias que regirá la empresa, como en materias tributarias.
En cuanto a esto último, las nuevas empresas que se formalicen deberán considerar la nueva carga tributaria que deberán comenzar a pagar, para que el crecimiento del negocio sea orgánico y conforme a las normas que dicta el Servicio de Impuestos Internos.
Cabe destacar que la nueva Ley permitirá a los abogados abocarse más a fondo en la interpretación de las cláusulas, así como por ejemplo, en las implicancias tributarias de aquellas. Por eso, sería equivocado pensar en la prescindencia de los abogados, pues, aquello sólo traerá más problemas que los que se pretende solucionar, como ocurrió con las posesiones efectivas, cuando pasaron al Registro Civil, o bien, al inicio del establecimiento de los Tribunales de la Familia, en que se permitía demandar sin abogados, lo que fue un completo desastre y fue necesario exigir la comparecencia de abogados, pues nadie sabía cómo demandar y cuáles eran sus derechos.