Columnistas

Eliminar la Rotonda Pérez Zujovic: una aberración urbanística

  • T+
  • T-

Compartir

Recientemente, el MOP ha dado a conocer un ambicioso plan para el sector oriente de Santiago que entre otras medidas elimina la Rotonda Pérez Zujovic. Lo que provoca la congestión vehicular es la ausencia de una conexión directa entre Av. Andrés Bello y Av. Kennedy, que el Estado, por más de cuarenta años ha sido incapaz de proveer.

Kennedy fue proyectada en el Plan Intercomunal de Santiago del año 1960 como parte del eje vial paralelo al río Mapocho. La solución consideraba la construcción de la Costanera Sur en los terrenos de la actual embajada norteamericana de modo que los flujos de Av. Andrés Bello pudieran pasar directamente a la Av. Kennedy sin sobrecargar la Rotonda. Esta última fue diseñada exclusivamente para resolver los enlaces del barrio que por las condiciones naturales del lugar convergen en ese punto.

El MOP sobrepasando sus naturales atribuciones, utilizando discrecionalmente facultades que provienen de la ley de concesiones, incursiona en la práctica y directamente en la planificación urbana que por ley corresponde a otros ministerios, encarga a la Concesionaria de la Costanera Norte un plan que elimina la histórica estructura, rompiendo así la continuidad urbana entre el barrio El Golf y Vitacura. No se conocen los estudios viales que avalan la medida, los futuros costos para los usuarios, su rentabilidad urbana y social, la evaluación del gigantesco impacto durante el período de construcción y el más importante, el efecto real sobre la ciudad y el barrio sobre el que se inserta.

La ministra de Obras Públicas ha presentado el proyecto de una verdadera catedral de autopistas, túneles y vías desniveladas que contaminan un paisaje urbano único de la cuenca del río, Parque Metropolitano y los Andes, destruyendo de paso todas las opciones de conectividad local para vehículos, peatones y deportistas. El proyecto resulta incomprensible en el mundo actual de revalorización ciudadana del espacio público, las áreas verdes, el paisaje y la vida de los barrios.

En ese contexto, resulta paradojal su negativa a la apertura del nuevo tramo de Costanera Sur, que el Estado exigió construir como mitigación a un privado y luego recibida por el propio Ministerio. Las obras de mitigación mencionadas son parte de un Plan Maestro aprobado el 2006. Estos estudios son revisados, discutidos y aprobados por los Servicios Públicos, incluyendo el propio MOP como entidad principal. No puede en consecuencia desconocer su responsabilidad en posibles descoordinaciones con sus propios proyectos. El que hoy día lo desconozca proponiendo un proyecto elaborado por la Costanera Norte sienta un grave precedente que pone en riesgo lo que en materia de desarrollo urbano se ha logrado avanzar en los últimos años en Chile, poniendo en duda la institucionalidad que rige el sector.

Lo más leído