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El sistema de Putin se está desmoronando

Gideon Rachman© 2023 The Financial Times Ltd.

Por: Gideon Rachman© 2023 The Financial Times Ltd. | Publicado: Viernes 30 de junio de 2023 a las 04:00 hrs.
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Gideon Rachman© 2023 The Financial Times Ltd.

La rebelión de Yevgeny Prigozhin ha terminado por ahora. Pero sería inútil creer que las cosas pueden volver a la normalidad en Rusia. La realidad es que no hay normalidad a la que volver. El levantamiento se produjo porque el proyecto de Putin se está desmoronando. Es probable que ese proceso se acelere tras los acontecimientos del pasado fin de semana. Ahora está claro que Putin enfrenta una batalla en dos frentes por la supervivencia. Uno es la guerra en Ucrania. Y el otro la estabilidad interna de su régimen.

Lo ocurrido no puede olvidarse ni obviarse. Los rusos han escuchado ahora a Yevgeny Prigozhin acusar a Putin de haber ido a la guerra en Ucrania basándose en una mentira sobre la agresión ucraniana y de la OTAN. Escucharon a Putin jurar que Prigozhin y sus camaradas enfrentarían un “castigo inevitable” y “responderían ante la ley y ante nuestro pueblo”.

“Tras la inconclusa marcha hacia Moscú de las tropas de la milicia Wagner, las cosas no pueden volver a la normalidad en Rusia”.

Luego vieron cómo el líder ruso accedía a retirar todos los cargos contra Prigozhin, a cambio de la promesa de detener su marcha hacia Moscú. Vieron a Putin confiar en la mediación del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, el mismo Lukashenko a quien Putin ha tratado con mal disimulado desdén en el pasado. Sobre todo, los rusos han visto cómo su poderoso ejército y sus temidos servicios de seguridad eran incapaces de impedir que una milicia rebelde marchara hacia Moscú, tras tomar el control de Rostov, ciudad de más de un millón de habitantes.

Las fuerzas de Wagner eran los combatientes más eficaces que Rusia ha desplegado en Ucrania. Pero la milicia, que cuenta con decenas de miles de miembros, va a ser disuelta y su líder enviado al exilio. Las fuerzas rusas en Ucrania también se preguntarán cuánto tiempo se mantendrá el apoyo interno al esfuerzo bélico. La rebelión de Prigozhin y su mordaz crítica de las razones de la guerra se oirán en el campo de batalla, y seguramente afectarán la moral.

En cuanto a los ucranianos, saben que la desorganización abierta en las filas rusas les brinda una oportunidad. Pueden elegir este momento para destinar tropas de reserva a la contraofensiva. También dispondrán de nuevos argumentos para presentarlos a sus amigos occidentales en la cumbre de la OTAN del mes que viene.

Los aliados que sugerían en voz baja que Rusia no podía ser derrotada — y que Ucrania debía negociar con Putin — callarán por ahora. Por el contrario, los partidarios internacionales de Putin lo estarán pensando dos y tres veces, y ahora estarán considerando activamente escenarios post-Putin para Rusia.

A pesar todo ello, sería un error creer que algo es inevitable, incluyendo la caída de Putin, pero sus probabilidades de supervivencia están empeorando claramente. Parece poco probable que Prigozhin opte por una tranquila jubilación en el campo bielorruso. Es probable que siga siendo un crítico ruidoso y peligroso de la cúpula militar rusa y del propio Putin.

Putin puede verse tentado a arrojar por la borda a algunos de los líderes militares señalados por Prigozhin -como los generales Sergei Shoigu y Valery Gerasimov-, que podrían ser chivos expiatorios convenientes. Pero deshacerse de ellos podría hacer que el líder ruso pareciera aún más débil, al tiempo que reivindicaría a Prigozhin.

La cacería de chivos expiatorios también podría fracturar a la élite rusa. Una de las razones por las que Putin ha sobrevivido tanto tiempo es que muchas de las personas más poderosas de Rusia saben que sus fortunas están ligadas a él y al sistema que ha creado.

Aferrarse a Putin parecía la opción segura para la élite del país. Pero, conforme el sistema se desmorona, esos cálculos están cambiando.

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