El Comité de Inversiones Extranjeras acaba de aprobar diez solicitudes de inversión de empresas chinas por
US$ 1.245 millones. Esta cifra es la más alta solicitada por compañías del gigante asiático a la fecha y ubicó a China por primera vez en el segundo lugar de los países con solicitudes aprobadas, con un 24,3% del total, y sólo superada por Estados Unidos, que registró solicitudes por US$ 2.060 millones.
Aún cuando falta para que estos capitales finalmente se materialicen en el país, creo que es importante poner en perspectiva qué significan estas solicitudes. Para ello, basta decir que la inversión china ingresada en el país vía D.L. 600 entre 1974 y 2012 alcanza sólo a los
US$ 103,9 millones, una cantidad bajísima para un país que sólo en 2012 envió capitales superiores a los US$ 77.000 millones fuera de sus fronteras y que, además, es hace años nuestro principal socio comercial.
¿Qué estábamos haciendo mal entonces? ¿Qué es distinto hoy? Muy pocas cosas, pero que pueden hacer la diferencia. Generar un impacto en el mercado chino no es algo fácil ni rápido. Es probable que los frutos que hoy podemos apreciar en nuestra economía sean la respuesta a lo que se sembró hace años, y también respondan al mejor posicionamiento que tiene Latinoamérica como región de destino de inversión extranjera en este momento. No obstante, sí estamos haciendo hoy esfuerzos concretos para hacer que más inversión china llegue a nuestra tierra en el futuro.
Hace dos años, como CIEChile, comenzamos con una política de promoción activa en China. Por la manera en que se hacen los negocios en Asia, es necesario tener un enfoque distinto a la hora de encarar una tarea como esta: no basta con agrupar las bondades de nuestro país, que son muchas, en un powerpoint y esperar a que los inversionistas chinos viajen durante dos días y soporten una gran diferencia horaria para conocer Chile. Generar confianza, verse las caras y conocer de primera fuente y en su idioma la información clave es central para que un inversionista chino comience el proceso que puede terminar en una inversión en nuestro país. El tiempo que demore en tomar esta determinación, seguramente también será amplio.
Dentro de las medidas que implementamos, estuvo aumentar nuestras visitas informativas a China, lo que en una primera etapa se tradujo en la realización de reuniones con empresas específicas y la organización de foros y seminarios, y hoy se amplió a la participación, a través de stands, en encuentros internacionales y eventos masivos. Otro elemento clave fue la traducción de nuestro material: sitio web, presentaciones, cartera de proyectos, publicaciones e incluso tarjetas de presentación, al idioma chino, lo que los empresarios chinos agradecen muchísimo, así como la contratación de una ejecutiva de atención a los inversionistas de nacionalidad china.
Hoy contamos con mayor información y un mejor conocimiento de lo que buscan los inversionistas chinos, gracias no sólo a una estrategia de promoción de inversiones más constante, sino a la colaboración permanente con instituciones y organizaciones que han asumido esta tarea como central, como la Embajada de la República Popular China en Chile, la Cámara de Comercio Chileno-China, ProChile y la embajada de nuestro país en Beijing.
El interés del grupo empresarial chino Sky Solar, que presentó las principales solicitudes de inversión china registradas, en el área de la generación de energía solar, y que ya ha comenzado sus operaciones en el país, sumado a compañías que hoy invierten en áreas como minería, es un aliciente para seguir trabajando en esta ruta, un camino en el que a pesar de llevar muchos años, recién estamos comenzando.